En una nota titulada El "regreso" del nacionalismo en Página 12, Edgardo Mocca menciona que en un ensayo de Isaiah Berlin de principio de los '60, éste afirmaba que la más influyente de las ideologías del siglo XIX, el nacionalismo, resultó ser una "para la que no se predijo ningún futuro significativo", pero
Es verdad que en plena era de la "globalización" fue el neo-liberalismo, expresión del Imperialismo Internacional del Dinero el que con mayor énfasis llevó adelante esa campaña. Pero lo hizo ante la indiferencia, cuando no la complicidad, de la izquierda.
Pero a partir del atentado a las Torres Gemelas en 2001, política de la "guerra preventiva" mediante, se comienza a desarrollar un nacionalismo extremo en la potencia rectora del mundo globalizado. Y también en esa época el fracaso de los programas economicos neo-liberales lleva a que algunos paises de nuestra región tiendan a recuperar el control del Estado sobre los recursos naturales, lo que provoca intranquilidad no sólo en los seguidores de Bush -preocupados por el "populismo"...
Observa también el autor el doble standard que se tiene desde los círculos del poder económico. Los que se horrorizaban por la intervención del gobierno de Bolivia para recuperar el control de los hidrocarburos, son los mismos que aplauden la intervención de Bush (la mayor de la historia), para salvarlos de la crisis que ellos mismos provocaron; y piden un nacionalismo sin trabas para los países poderosos, mientras predican a los débiles que sean cosmopolitas y abiertos.
Si el nacionalismo es un fenómeno totalmente explicable en el actual contexto mundial, como finaliza la nota, sería bueno que dejara de ser "ese concepto tan vapuleado y con sonido incómodo para los que se ubican del medio hacia la izquierda", como señalaba Marcelo Zlotogwiazda en otra nota reciente y que es la posición habitual de ese diario.
...Un par de décadas después, los tiempos dorados del nacionalismo parecían haberse agotado definitivamente. Derechas e izquierdas, progresistas y conservadores disputaban sobre los modelos posibles de globalización y coincidían en la decadencia de los estados nacionales para gestionar una dinámica económica y política que traspasaba las fronteras. El nacionalismo era un "anacronismo" que, como se sabe, es el más grande de los disvalores para el pensamiento neoliberal...¿Para el pensamiento neoliberal solamente? ¿La izquierda no tiene nada que ver con las campañas contra el nacionalismo?
Es verdad que en plena era de la "globalización" fue el neo-liberalismo, expresión del Imperialismo Internacional del Dinero el que con mayor énfasis llevó adelante esa campaña. Pero lo hizo ante la indiferencia, cuando no la complicidad, de la izquierda.
Pero a partir del atentado a las Torres Gemelas en 2001, política de la "guerra preventiva" mediante, se comienza a desarrollar un nacionalismo extremo en la potencia rectora del mundo globalizado. Y también en esa época el fracaso de los programas economicos neo-liberales lleva a que algunos paises de nuestra región tiendan a recuperar el control del Estado sobre los recursos naturales, lo que provoca intranquilidad no sólo en los seguidores de Bush -preocupados por el "populismo"...
..."sino de demócratas sinceros, conscientes de la histórica tensión entre nacionalismo y democracia"...sin aclarar entre "qué nacionalismo" y "qué democracia" es esa tensión; aunque por lo menos se da cuenta que no se puede abrir juicios sobre una ideología basándose sólo en sus expresiones más extremas:
..."No hay doctrina –la liberal-democrática incluida– que no haya sido invocada para las peores causas. Ni todo nacionalismo es autoritario ni todo sentimiento de distancia con lo nacional es un testimonio de apertura mental y pluralismo".Muy bien. Aunque entre las doctrinas que han sido invocadas para las peores causas olvidó alguna: Stalin, Pol-Pot, Ceaucescu... no eran ni nacionalistas ni liberales. Y el broche de oro del párrafo:
..."A veces el desprecio de lo nacional equivale a una actitud de sumisión colonial".¿A veces?
Observa también el autor el doble standard que se tiene desde los círculos del poder económico. Los que se horrorizaban por la intervención del gobierno de Bolivia para recuperar el control de los hidrocarburos, son los mismos que aplauden la intervención de Bush (la mayor de la historia), para salvarlos de la crisis que ellos mismos provocaron; y piden un nacionalismo sin trabas para los países poderosos, mientras predican a los débiles que sean cosmopolitas y abiertos.
Si el nacionalismo es un fenómeno totalmente explicable en el actual contexto mundial, como finaliza la nota, sería bueno que dejara de ser "ese concepto tan vapuleado y con sonido incómodo para los que se ubican del medio hacia la izquierda", como señalaba Marcelo Zlotogwiazda en otra nota reciente y que es la posición habitual de ese diario.
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