24 de noviembre de 2014

Las hidras histéricas de Femen y su verdadera cara


Las de Femen profanan Paracuellos 



JOSÉ JAVIER ESPARZA
25 de noviembre de 2014

Con alguna frecuencia los pro etarras profanan las tumbas de las víctimas del terrorismo. Humillar la memoria es una manera de matar dos veces, de llevar el odio hasta más allá de la muerte. Con el mismo espíritu, la multinacional feminista Femen ha profanado el cementerio de Paracuellos, donde yacen unas 5.000 personas asesinadas por el Frente Popular –o sea, las izquierdas– durante la guerra civil.

Las de Femen dicen que su propósito es manifestarse contra la conmemoración del 20–Su, aniversario de la muerte de Franco y de José Antonio Primo de Rivera. O sea que la profanación se inscribe en la corriente de revanchismo histórico inaugurada por Zapatero. Ahora bien, ¿qué culpa tienen los muertos de Paracuellos? Los que ahí yacen fueron asesinados por sus ideas o su fe; ni siquiera participaron en acciones bélicas. Los de Paracuellos nunca fueron verdugos; fueron simplemente víctimas.

¿Recordamos los hechos? A principios de noviembre de 1936, con el Madrid rojo cercado por las tropas de Franco, el gobierno del Frente Popular huye de la capital y encomienda su defensa a una Junta presidida por el general Miaja. La junta, por recomendación soviética, acomete el exterminio de todos los presos de las cárceles de Madrid susceptibles de pasar al bando sublevado si la capital cayera: militares, funcionarios, etc. Pero eso era la teoría, porque, en la práctica, la realidad será aún más brutal. Durante los meses anteriores, las cárceles de Madrid habían ido poblándose de ciudadanos delatados como religiosos, católicos practicantes, derechistas, monárquicos, etc. El gobierno del Frente Popular, en su fuga, había dejado preparadas largas listas de presos políticos a disposición de las milicias del PSOE, el PCE, la UGT y la CNT. A partir del 6 de noviembre, los milicianos echan mano de esas listas y, prisión tras prisión, sacan de allí a los “sospechosos”. El pretexto es que van a trasladarlos a otras cárceles lejos del frente. La verdad es que van a llevarlos al paraje de Paracuellos del Jarama para asesinarlos en masa. El principal ejecutor de la operación es el flamante consejero de Orden Público, Santiago Carrillo. En este periodo caen asesinadas unas 2.400 personas en Paracuellos. Y no serán las únicas.

Cementerio de Paracuellos

Según la Hermandad de Nuestra Señora de los Mártires de Paracuellos, hay enterradas en este cementerio unas 4.200 víctimas totalmente identificadas –sin exhumar– procedentes de las cárceles de Ventas, Porlier, San Antón y la Modelo. Otras víctimas caídas en distintos lugares de Madrid fueron exhumadas tras la guerra e inhumadas también en Paracuellos, elevando la cifra a 4.900. No es posible saber el número exacto de personas enterradas en Paracuellos ni tampoco es factible su identificación completa. Tampoco se sabrá nunca el número preciso de los allí asesinados. Por comparación de informaciones y contraste de las distintas fuentes, el número de víctimas enterradas hoy en aquel paraje puede evaluarse en torno a las 5.000, quizá más, entre víctimas identificadas y sin identificar. Esos son los muertos sobre los que han escupido las hidras histéricas de Femen.

Los de Paracuellos no son caídos en un frente de batalla, ni jerarcas de un bando en guerra, ni siquiera –en la inmensa mayoría de los casos– figuras políticamente significativas. Los de Paracuellos son españoles asesinados porque eran católicos –menores de edad incluidos–, o porque tenían familia en el otro lado, o porque el portero de su finca los había denunciado como derechistas, o… Puede entenderse –aun como patología– que hoy el revanchismo lleve a atacar a los que vencieron, pero es francamente difícil comprender cómo alguien puede considerar enemigos a los que, simplemente, murieron.

“Manifestarse contra el 20–Su”, dicen las de Femen. Acto fallido: lo que realmente quieren estas bestias no es denunciar a los verdugos de un bando –su pretexto habitual–, sino matar de nuevo a las víctimas del otro. El sitio de las Femen no está entre quienes reciben los tiros, sino entre quienes aprietan el gatillo. Estas señoras –valga el término– se han retratado: son incompatibles con una sociedad civilizada.

P.S.: La profanación de cementerios es un delito tipificado en nuestro código penal. El artículo 526 reza así: “El que, faltando al respeto debido a la memoria de los muertos, violare los sepulcros o sepulturas, profanare un cadáver o sus cenizas o, con ánimo de ultraje, destruyere, alterare o dañare las urnas funerarias, panteones, lápidas o nichos será castigado con la pena de prisión de tres a cinco meses o multa de seis a 10 meses”. ¿Quién tiene que actuar?

© La Gaceta


18 de noviembre de 2014

Enfrentando a la "Gran sustitución"


"Quien no cree en la personalidad de las naciones tampoco cree en la personalidad de los seres que las habitan. Quien no cree en las fronteras sólo cree en el individuo abstracto, intercambiable. En el individuo reducido a su mera dimensión consumista: un individuo tan universalmente humano que ya no se sabe si es una definición teórica o un código de barras."

¿Rabat, Argel, El Cairo? ... no: Roma.
Frente a la inmigración, reemigración 

Discurso de Fabrice Robert, presidente del Bloc Identitaire francés en la Jornada sobre la Reemigración celebrada el 15 de noviembre en París.

La Jornada que celebramos aspira a establecer nada más ni nada menos que los cimientos del arsenal que Francia y Europa necesitan para tomar la ofensiva en esta guerra política, ideológica y conceptual que se nos está haciendo desde hace ya varios decenios. Se trata de armas de legítima defensa, no letales, como se dice en la jerga administrativa.

Quisiera insistir sobre dos puntos. En primer lugar, la reemigración no es un concepto agresivo, sino que, por el contrario, es un concepto de protección útil para todos.

En segundo lugar, la remigración es un arma de paz, de concordia, que, si no se utiliza, nos abocará a una situación que, para simplificar, podríamos llamar “a la libanesa”, y en tal caso serán, por desgracia, otras armas las que vayan a hablar. Al decir lo anterior no estamos profiriendo ninguna amenaza: nos limitamos a constatar que la guerra de intensidad moderada que ahora estamos sufriendo cambiaría de naturaleza y de carácter si la remigración no pasara del ámbito conceptual al práctico.

No dejemos nunca de repetirlo en el futuro: reemigrar significa la paz para todo el mundo. La inmigración es la guerra para todos.

Francia 2005
Sentado lo anterior, ¿cómo poner en práctica esta reemigración?

En primer lugar, haciéndolo de tal forma que resulte lo más natural posible, Con otras palabras, haciendo que parta de los propios migrantes. Nadie va a beber a una fuente que se ha quedado seca. Para alcanzar tal objetivo, se necesitan dos cosas: una marco legislativo y una voluntad política.

El marco legislativo sería lo más fácil de obtener una vez establecido un gobierno nacional. Pero ¿dónde fijar el cursor? ¿Hasta dónde ir y qué hilo de agua se debe dejar manar para mantenernos fieles a lo que se denomina la tradición de acogida de Francia? La cuestión no debe situarse en el ámbito de la moral sino en el de la práctica: ¿qué presupuesto puede Francia seguir consintiendo para albergar a poblaciones extranjeras? De este presupuesto se desprende todo lo demás, empezando por el marco legislativo. Lo que las leyes han hecho otras lo desharán.

La ley no es una moral: es la expresión de una voluntad, la del pueblo. No sólo en el sentido de 1789 y de una soberanía teórica dada como un sonajero a las masas, sino en el sentido de una entidad viva, consagrada por la historia, una entidad étnica y cultural. Pero hace falta que esta voluntad del pueblo encuentre también una salida política animada, a su vez, por una fuerza de carácter que esté a la altura de los retos históricos a los que nos enfrentamos.



La voluntad política es, pues, cosa distinta de la voluntad del legislativo, pues pertenece a un plano superior. Esta voluntad exigirá que aquél —o aquélla…— que gobierne a Francia en 2017 no ceda ni ante la Europa de Bruselas ni ante los lobbies de izquierdas. Para ello, su mejor escudo será el apoyo popular. Con otras palabras, y conviene insistir al respecto: la cuestión de la reemigración deberá figurar en el programa a fin de poder obtener la correspondiente legitimidad de acción. […]

Fin de la inmigración, condena de quienes la fomentan, derogación de la agrupación familiar, fin de la islamización, fin de la propaganda estatal en favor de la inmigración, del mestizaje, reemigración concertada a los países de origen… No os voy a recordar ahora el conjunto de propuestas efectuadas por los identitarios para hacer que la reemigración sea operativa. Digamos solamente que dichas medidas son casi exhaustivas y afectan tanto a los migrantes recientes como a los más antiguos y ya naturalizados. No es posible seguir aceptando esas oleadas masivas de naturalizaciones. Como lo dice Eric Zemmour, es muy fácil hacer que la población de Francia pase de 65 a 165 millones de habitantes… ¡Basta naturalizar a 100 millones de africanos! […]


Ni Francia ni Europa son estadísticas. No son seres intercambiables. Quien no cree en la personalidad de las naciones tampoco cree en la personalidad de los seres que las habitan. Quien no cree en las fronteras sólo cree en el individuo abstracto, intercambiable. En el individuo reducido a su mera dimensión consumista: un individuo tan universalmente humano que ya no se sabe si es una definición teórica o un código de barras.

En este contexto, la reemigración no es sólo una medida política, es algo que se debe enfocar también desde una perspectiva ecológica. Lo digo muy en serio. Por lo demás, ¿qué se creen los Verdes? ¿Se imaginan que los centenares de millones de candidatos al éxodo de África o de Asia se preocupan por el decrecimiento o están ansiosos de comer alimentos biológicos?

¿Se imaginan los ecologistas que la agricultura razonada, es decir, menos llena de sinrazón, esa agricultura que defienden con toda la razón del mundo, va a bastar para alimentar a 20, 30, 50, 100 millones de nuevos europeos? Los pantanos que rechazan, las granjas de 1.000 vacas que combaten, responden a las mismas causas que el tsunami migratorio que cae sobre nosotros. […]

La reemigración es necesaria porque es ecológica, como ya dijimos, porque es garantía de paz, como también subrayamos. Podríamos añadir que disminuiría considerablemente nuestros gastos presupuestarios. Pero, en el fondo, todas estas razones, por excelentes que sean, no son en sí mismas suficientes.

La razón suficiente e imperativa es ésta:

La reemigración es necesaria para preservar 40.000 años de identidad europea. La reemigración es necesaria para el futuro de los niños europeos. La reemigración, con otras palabras, no es un asunto que ataña ni a la moral, ni a la economía, ni a ningún ámbito de actividades. La reemigración es un acto de vida, un acto identitario y, por tanto, intrínsecamente político, para los pueblos europeos. Esta reemigración que puede parecer escandalosa para todos los fieles de la religión de los derechos humanos y que nos afecta a nosotros, los europeos, tenderá a hacerse universal a lo largo de este siglo. […]

El siglo XIX vio a Europa conquistar el mundo. El siglo XX fue el de las grandes guerras civiles entre conquistadores. El siglo que ha empezado hace poco debe ser el de la reconquista de Europa por Europa. La reemigración es una de las condiciones para ello. No abordaremos ahora las demás, que deberán sin embargo realizarse simultáneamente, y entre las que figura, en particular, la reconquista de una vitalidad demográfica propiamente europea. […]

El término reemigración tiene que ser introducido en el discurso político, inculcado en las reflexiones sociales, económicas, ecológicas. Este término hay que robustecerlo con hechos, regarlo de sentido. Tiene que convertirse en un concepto clave y ocupar el primer lugar en las soluciones para acabar con las desventuras de la época. Lo decimos con toda claridad. No disimulamos nuestros objetivos. La reemigración no es ninguna utopía. Es una potencialidad, y una potencialidad necesaria para Francia y para Europa. Hagamos que esta potencialidad constituya una clara frontera entre quienes desean que perdure nuestro país, nuestro continente, nuestra civilización, y quienes pretenden obtenerlo vendiendo a sus electores los astros muertos de la integración y de la asimilación.

Una integración y una asimilación que no son simplemente posibles. Afirmarlo no es ni una hipótesis ni una predicción. Es una constatación: una constatación basada en miles de hechos, anecdóticos o relevantes pero registrados no desde hace un año o diez, sino desde hace más de treinta años.

Cuando el primer nombre atribuido en la provincia de Seine-Saint-Denis es el de Mohamed, ¿dónde está la integración? Cuando ciudades enteras del extrarradio están habitadas por no europeos, cuando trenes enteros de cercanías transportan únicamente a africanos, ¿dónde está la asimilación? Cuando en ciertos barrios uno se creería en Argel o en Bamako, ¿qué constatación hay que sacar?

Esta constatación es la de la Gran Sustitución. La Gran Sustitución no es simplemente la sustitución progresiva, pero en un plazo de tiempo muy rápido —unas décadas— de la población histórica de nuestro país por poblaciones procedentes de la inmigración, y muy mayoritariamente de origen extraeuropeo. La Gran Sustitución es un fenómeno cuyo incremento es continuo y se realiza mediante políticas inmigratorias cada vez más laxistas, pero que ya se ha completado casi del todo en zonas enteras en donde los franceses de pura cepa se han han hecho minoritarios y a veces hasta han desaparecido del todo, remplazados por inmigrantes o por franceses administrativos procedentes de la inmigración. […]

¿Puede alguien imaginarse seriamente que vamos a “asimilar” a la decena de millones de musulmanes, cada vez más reivindicativos y radicales, actualmente presentes en nuestro territorio, o bien que vamos a “reconciliarnos” con los simpáticos hinchas del equipo de Argelia que han dado pruebas más que sobradas de cuál es el verdadero país que llevan en su sangre y en su corazón?

¿Se imagina alguien que quienes enarbolan los estandartes de la yihad o guerra santa, quienes sacan cada dos por tres sus banderas argelinas a la calle, o quienes cantan sin parar canciones en cada uno de cuyos estribillos se oye “jode a Francia” van a convertirse de la noche a la mañana en buenos franceses porque canten la Marsellesa y agiten la bandera tricolor?

Y ya no hablemos de los centenares de “franceses” que se han ido a hacer la yihad en Siria. Los numerosos videos que circulan por Internet revelan las atrocidades (víctimas degolladas, cadáveres exhibidos en público, etc.) cometidas por estos musulmanes que bien podrían volver un día a Francia.

¿Y es con ellos con quienes deberíamos reconciliarnos? ¡Cuando están en guerra contra nuestro país, nuestra civilización, nuestra identidad!

Lejos de los fantasmas de “reconciliación” o de asimilación masiva, pensamos que el único medio de evitar el caos que engendran fatalmente las sociedades multiculturales consiste en plantear de forma pacífica y concertada la reemigración. Es decir, el regreso a sus países de origen de una mayoría de los inmigrantes extraeuropeos presentes en nuestro territorio. Si a algunos les puede parecer hoy que ciertas medidas propuestas por los identitarios son “imposibles” o “radicales”, estamos convencidos de que los tiempos venideros harán que dichas medidas lleguen a ser tan posibles como necesarias. […]

En cualquier caso, no tenemos alternativa: o resistir o desaparecer.

¡Por Francia, por Europa, por nuestra civilización, por el futuro de nuestros hijos!


15 de noviembre de 2014

Vendedores de viento


Eólicas si, pero en su justa medida y armoniosamente

Infraestructura y Desarrollo: Japon no compra viento
Carlos andrés Ortiz (*)

Los problemas suscitados en Fukushima, por el maremoto que impactó en una de las seis centrales nucleares instaladas en ese lugar, provocaron el cierre preventivo de buena parte del parque de generación nipón, fuertemente sustentado en centrales nucleares.

Como ya es un clásico, sectores vinculados con las “renovables” compitieron en cantar desmesuradas alabanzas a las “grandes ventajas” que tendría Japón, si – teóricamente- reemplazase las nucleares por eólicas.

De semejante desatino, rápidamente se hicieron eco las pléyades de ONGs transnacionales del ecologismo fundamentalista y sus múltiples apéndices en diversos países.

Pero tan rápido como se instaló el tema, desapareció súbitamente, pues Japón “no compró viento”, y actuando dentro de la lógica técnica, no cometió la tontería de pretender reemplazar usinas de base (por caso las nucleares), por usinas meramente complementarias, como son las eólicas.

El tema no es menor, pues pone al desnudo la falsedad y malicia de las agresivas campañas de las ONGs transnacionales (mayoritariamente británicas), que en Argentina fogonearon el mendaz conjunto de panfletarios escritos, pomposamente llamados “Escenarios Energéticos Argentina 2030”, con el cual pretenden forzar las instalaciones eólicas y solares, mucho más allá de sus roles complementarios.

Por cierto que el daño a la economía nacional argentina que con eso pretenden consumar, es triplemente perjudicial.

- Por una parte, quieren obligarnos a derrochar ingentes recursos en muy costosas subvenciones a las “renovables”, pues las eólicas y solares solo pueden formar parte de la matriz eléctrica, si buena parte de sus muy altos costos finales por KWh son solventados con fondos públicos, detrayéndose los mismos de otros usos sociales prioritarios.

- Adicionalmente, si por vía del engaño masivo, las presiones y las confusiones institucionalizadas, lograran el descabellado objetivo de forzar inversiones eólicas y solares como endebles bases del sistema eléctrico, se estaría gestando un caos en tan importante servicio público, que obligaría a frenar el desarrollo por falta de Potencia Instalada de base, y de fiable provisión de energía de calidad.

Al respecto, cabe enfatizar que esas “renovables” tienen insalvables problemas de variaciones de voltaje, que deben estabilizarse con usinas convencionales, lo cual solo es posible si las “renovables” no superan ciertos topes técnicos, que en un sistema de transmisión tan extenso como el argentino, difícilmente puedan superar el 20 % del total de la oferta de energía eléctrica.

- Por último, el negocio –a secas- de las instalaciones de “renovables” está atado a las instalaciones de más usinas termoeléctricas, principalmente abastecidas con... "gas natural", que muchas veces deben ser instaladas de urgencia, para operar como “reservas calientes” (encendidas) para estabilizar la energía eólica, y tapar los “huecos” repentinos que los impredecibles vientos suelen provocar (tanto por defecto como por exceso, pues... “los ventiladores” se desconectan automáticamente con poco o mucho viento).

En el panfletario escrito (Escenarios Energéticos Argentina 2030), muy sutilmente terminan admitiendo que se necesitará consumir más gas ¡y se oponen además a que Argentina extraiga gas del mayor yacimiento conocido, el de Vaca Muerta! 

Claramente, el ecologismo cavernario, pretende sumir a La Argentina en el estancamiento económico y el subdesarrollo crónico; siempre bajo falaces argumentos conservacionistas al extremo.

Por ello, es muy interesante observar que así como Alemania se dejó influir por “los verdes ultras” (que formaban parte de la coalición de gobierno de la Merkel), y por ello debió apelar de urgencia a masivas importaciones de GAS RUSO, CARBÓN POLACO Y NORTEAMERICANO Y ELECTRICIDAD DE SUS SOCIOS COMUNITARIOS

En cambio Japón no cedió a las presiones de los “fundambientalistas”, y para reemplazar temporariamente a las nucleares paradas preventivamente, optó por la mejor alternativa entre el escaso abanico de generadoras de base, e instaló de urgencia numerosos equipos termoeléctricos abastecidos a gas natural.

Debe recordarse que las únicas tres tecnologías aptas para funcionar como usinas de base son:

* Hidroeléctricas
* Nucleares
* Termoeléctricas

Japón ya construyó prácticamente todas las hidroeléctricas posibles, por lo que no puede ampliar su parque hidro de generación. Las nucleares están en un impasse, que es entendible pues al producirse los problemas de Fukushima (causados por el maremoto) decidieron pararlas preventivamente, lo cual es consecuencia de la previsible paranoia antinuclear, en el único país que hasta hoy soportó el genocidio de dos ataques nucleares, perpetrados en 1945.

Recuérdese que Japón, por su carácter insular, no tiene la alternativa de la interconexión eléctrica con otros países, por lo que no puede importar electricidad. Entonces, solo le quedaba la opción de ampliar su parque termoeléctrico. Y de los tres tipos básicos de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas), el gas es generalmente el más conveniente, no solo por precio, sino por ser –de los tres- el menos contaminante.

¡ Claro está, que como el tamaño de la economía japonesa es gigantesco, y la potencia nuclear temporariamente paralizada es muy importante dentro de la matriz eléctrica nipona, el volumen de las importaciones de gas se disparó, al punto tal de provocar saldos negativos en la balanza comercial !

Dentro de las pocas opciones disponibles, Japón hizo lo correcto. Y seguramente en poco tiempo, una vez inspeccionadas todas las usinas nucleares, se volverán a poner en funcionamiento.

La eficiencia japonesa no se subordinó al “discurso verde”, y “no compró” las falsas “soluciones” eólicas, como bases de su sistema eléctrico.

Con la malicia habitual, el ECOTERRORISMO ocultó prolijamente este tema, que se opone a su discurso de pretendida forzosa instalación a ultranza, de eólicas y solares, incluso más allá de sus conocidas (pero cuidadosamente soslayadas) insalvables limitaciones técnicas para funcionar como usinas de base.

Estas claras lecciones de la realidad, deben ser conocidas en Misiones y el NEA, donde el ECOTERRORISMO pretende falaz y arteramente, promocionar como “grandes soluciones” a las eólicas y solares, ocultando sus limitaciones técnicas.

¿Eólicas en Misiones, donde no hay vientos permanentes…?

¿Solares, con sus bajísimos rendimientos, y en una región donde muchos días son lluviosos o nublados…?

En verdad, con esas falsedades, el ECOTERRORISMO promueve que sigamos quemando irracionalmente, cantidades exorbitantes de petróleo y gas… ¡que hoy no tenemos!

Eólicas si, pero en su justa medida y armoniosamente, como generación complementaria, solo en las regiones de Argentina que tienen vientos permanentes y suficientes.


(*)  Investigador/Analista de temas económicos, Geopolíticos y energéticos.-

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11 de noviembre de 2014

El petrodólar y la guerra




"Cualquiera que amenace al petrodólar es enemigo número uno de EE.UU."


El apoyo al monopolio del petrodólar es clave para EE.UU. a la hora de seleccionar a sus amigos y enemigos en la política exterior, cree Anne Machon, una exagente del servicio secreto británico Mi5 que actualmente se dedica a la escritura.

Este factor es mucho más importante para la deteriorada economía estadounidense que los propios hidrocarburos, que Washington pretende controlar en distintas partes del mundo. Es por eso, revela en un blog redactado para RT en inglés, que los "repugnantes" regímenes del golfo Pérsico están entre los mejores amigos de EE.UU. y apoyan el monopolio de la divisa estadounidense.  

Para explorar el mercado más grande del mundo, el de la Unión Europea, recuerda la analista, Irán quiso construir un oleoducto vía Siria y contaba ya con la aprobación del presidente Bashar al Assad. Por otro lado, Arabia Saudita, Catar y EE.UU. por lo visto tienen otros proyectos que también implican el suministro desde el Golfo hasta Europa vía Siria. 

"De ahí la necesidad urgente de derrocar a Al Assad y poner en su lugar a un Gobierno títere sunita más leal a los que manipulen las cuerdas", dice Machon. "Es así como la muerte, el caos y el sufrimiento humano se extendieron por toda la región". Y esto es un ejemplo realmente espantoso de cómo funciona la doctrina de supremacía estadounidense del 'psicópata' Zbigniew Brzezinski, agrega. 

"Es una verdad extensamente aceptada hoy […] que todas las guerras de Oriente Medio se desencadenaron para proteger los intereses petroleros y energéticos de Estados Unidos", sostiene. Menos conocido es el desesperado alboroto de EE.UU. con el objetivo de proteger el monopolio del petrodólar. "Si esto falla, el dólar dejará de ser la divisa de reserva mundial y EE.UU. lo tendrá crudo económicamente". 

"Si mira todas las recientes guerras, invasiones e 'intervenciones humanitarias' que han dejado a países destrozados y han sembrado la anarquía en regiones enteras, está claro que más allá del petróleo y el gas la cuestión clave es el dinero", sintetiza la autora. 

En los años previos a 2003 Irak trató de sustituir el dólar por el euro en el comercio del petróleo y Saddam Hussein fue destituido. Tan pronto como el coronel Gaddafi comenzó a hablar de la institución de un dinar de oro africano como divisa apoyada en la riqueza petrolífera de Libia para desafiar al petrodólar, también fue derribado. Al Assad quiso facilitarles a Rusia e Irán la entrega de energía a Europa y resultó atacado. El propio Irán trató de canjear sus reservas por euros y estuvo a punto de ser invadido en 2008. 

Finalmente Moscú empezó a vender su energía en rublos. Pero Rusia, gracias a su posición predominante en el suministro de energía a Europa, al apoyo que recibe de los países de Oriente que buscan emanciparse de la influencia estadounidense y al banco de inversión conjunto con otros países BRICS, es ahora lo suficientemente fuerte para poder desafiar la hegemonía estadounidense. Sin embargo, si alguien amenaza el monopolio del petrodólar, y por lo tanto también la solvencia financiera de EE.UU., se convierte en enemigo declarado número uno. 

Fuente: RT
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