Por Josele Sánchez
28 agosto, 2014
La verdad es que aún no salgo de mi asombro por la repercusión que ha tenido mi primer artículo para El Municipio “Como fabricar un terrorista suicida”. Debo aclarar, en primer lugar, que jamás intervengo en los comentarios que generan mis artículos por una cuestión de principios y de sentido común. El articulista, o por lo menos este articulista, no pretende crear opinión sino expresar su opinión sobre el tema que plantea, generar reflexión y propiciar el debate. Si esto se consigue el artículo ha logrado su objetivo: el medio en el que se publica está feliz por incrementar el número de lectores y el ego del autor se ve suficientemente recompensado. Por lo tanto puede quedar tranquilo Haffid, el amigo palestino preocupado por mi no participación en el debate generado. Por supuesto que El Municipio no me ha censurado; a lo largo de más de treinta años como articulista he sido vetado en varias ocasiones pero jamás he permitido que un artículo mío fuera mutilado. Además, en esta ocasión se me hace doblemente difícil “entrar a saco” en una discusión que inicia Eduardo López Pascual, con quien me unen sentimientos de hermandad que sólo él y yo conocemos. Pese a ello no puedo renunciar a mi compromiso personal con los más desfavorecidos y a la verdad y la justicia como valores permanentes en el ejercicio del periodismo.
Así las cosas y de manera categórica debo afirmar que Israel es culpable.
Israel es culpable desde su sagrada consigna sionista de “una tierra sin hombres para hombres sin tierra” con la que ha vertebrado la colonización judía de Palestina desde hace más de un siglo, prácticamente desde que en 1.920 Palestina fuera adjudicada al Reino Unido por la Sociedad de Naciones para su administración teniendo como Mandato que “los judíos pudieran tener su territorio respetando la independencia, libertad y derechos de los palestinos”.
Israel es culpable desde su misma creación como un “estado judío”, una construcción atípica de un estado racista, objetivo del sionismo, que ha supuesto la obtención por el medio que fuera de una fuerte mayoría de población judía y una limpieza étnica de los legítimos moradores de una tierra que habitaban desde hace miles de años.
Israel es culpable de haber desarrollado un apartheid sobre la base de leyes, normas administrativas y mandatos religiosos que “asegura la supremacía judía”.
Israel es culpable porque, a día de hoy, todavía no ha establecido unas fronteras fijas en consonancia con las exigencias expansionistas del sionismo. Israel es culpable de mantener una constitución, la de 1.985 y una ley de partidos del año 1.992 que no aceptan la legalidad de ningún partido político que se oponga en su programa a “la existencia del estado de Israel como el estado del pueblo judío” ¿qué clase de democracia es esa, ni siquiera para los mismos ciudadanos de Israel?
Israel es culpable de otorgar carta de nacionalidad y convertir inmediatamente en ciudadanos israelíes a cuantos judíos de fuera del país lo solicitan, en tanto que a los palestinos, expulsados de sus propias tierras, se les niega ese mismo derecho consagrado por la justicia internacional.
Israel es culpable de convertir, casi por decreto, a todos los judíos en enemigos potenciales de los palestinos.
Israel es culpable de haber creado el “documento de identidad israelí” que no señala al portador como ciudadano de Israel sino según su condición de “judío”, “árabe”, ”cristiano”, algo que no ocurre en ningún otro lugar del mundo.
Israel es culpable de no permitir el matrimonio entre judíos con no judíos dentro de su territorio ¿es esta una disposición democrática?
Israel es culpable de impedir gozar del suelo a quien no sea judío.
Israel es culpable de discriminación racial al impedir a los árabes israelíes hacer el servicio militar (de carácter obligatorio para los israelíes judíos) lo cual conlleva una clara discriminación en el usufructo posterior de derechos sociales, estudios… etc.
Israel es culpable de ocupar en la actualidad el 10% de lo que era Palestina: el 90 % restante ya ha sido completamente expoliada.
Gaza |
Israel es culpable de haber convertido Gaza en un gueto y de seguir con su campaña de asentamientos para la colonización de Cisjordania conforme al plan establecido en el primer congreso sionista de 1897 por Theodor Herzl y por el que se afirma que “la raza” judía tiene el derecho sagrado a establecerse como pueblo con un estado propio en Palestina, donde está el monte Sion”.
Israel es culpable, desde enero de 2.006, de estar intentando acabar con los palestinos a través del hambre y las privaciones.
Israel es culpable de violar sistemáticamente las resoluciones de la ONU; no existe ningún país en el mundo que haya ignorado tantas resoluciones de Naciones Unidas sin que haya tenido ninguna consecuencia. Sus vínculos orgánicos con Estados Unidos y el Reino Unido (miembros del Consejo de Seguridad con derecho de veto) mantienen a Israel fuera del alcance del derecho internacional y le convierten de facto en un Estado offshore.
Israel es culpable de haber estrangulado toda la vida y toda la actividad palestina en la franja de Gaza.
Israel es culpable de mantener una política genocida siguiendo la definición de genocidio que marca la propia convención sobre genocidio de la ONU:.
Israel es culpable de no haber respetado la resolución 181 de las Naciones Unidas tomada en su la Asamblea General el 29 de Noviembre de 1947 que ordenaba creación de dos Estados independientes (el estado Árabe-Palestino y el estado de Israel) con una superficie de idéntica de extensión, tan solo que a Israel le tocó un 90% de zona desértica. Israel es culpable, conjuntamente con Francia y Gran Bretaña, de invadir unilateralmente el Canal de Suez en 1.956.
Israel es culpable de anexionarse la Península del Sinaí, la Franja de Gaza, el West Bank, Cisjordania, Jerusalén Este (incluyendo la Ciudad Vieja) y los Altos del Golán tras la Guerra de los Seis Días.
Israel es culpable de arrasar el Líbano en 1.982. Israel es culpable de volver a invadir y devastar el Líbano en el verano del 2.006.
Israel es culpable de haberse plantado, con todo su poderío militar, a cien kilómetros de El Cairo y a menos de veinte kilómetros de Damasco en la Guerra de Yom Kipur.
Israel es culpable de mantener un ordenamiento jurídico en el que se declara “expresamente enemigo” de naciones (Líbano, Siria, Arabia Saudita, Iraq y Yemen) y prohíbe a sus ciudadanos desplazarse a ellas ¿hace esto algún otro estado democrático del mundo?
Israel es culpable de practicar el terrorismo internacional: agentes del Mossad (los servicios de inteligencia israelí) participaron en el intento de golpe de estado contra Hugo Chávez en 2.002, en el derrocamiento del presidente de Honduras Manuel Zelaya en 2.009, en la captura de Muammar-el- Gadafi, en la masacre contra los Tigres Tamiles y un larguísimo etcétera.
Israel es culpable de explotar la desaparición y posterior asesinato de jóvenes para desencadenar una operación militar con el objetivo de asolar la franja de Gaza.
Y ahora Israel es culpable de la muerte de 2.200 ciudadanos palestinos de los cuales ¡541 eran niños!, 250 mujeres y 95 ancianos (los muertos por parte israelí suman 64, de ellos 62, son militares lo que refleja claramente la desproporcionalidad entre uno y otro bando), acabando también con todas las infraestructuras logísticas, sanitarias y educativas de Gaza y dejando sin techo y sumidos en la más absoluta miseria a miles y miles de palestinos.
Israel es culpable de estar dominada por el sionismo, un sionismo que ya en 1.942, en el congreso celebrado en el hotel Biltmore de Nueva York decidía convertir el “hogar nacional judío” de Palestina en el “Commonwealth judío”) y autorizar la inmigración masiva de los judíos hacia Palestina y en el que sellaba un documento secreto con el Gobierno de los EE.UU. por el que ambos se comprometían a trabajar para que el Estado judío abarcarse la totalidad de Palestina y Transjordania, para el desplazamiento progresivo de los palestinos hacia Iraq y para el control judío de todos los sectores de desarrollo y control de la economía en todo el Medio Oriente. De manera secreta el sionismo controla ideológicamente tanto la política de Tel Aviv como la de Washington por lo que la alianza entre Israel y Estados Unidos es tan poderosa como indestructible.
Bolivia, de manera simbólica, ha declarado a Israel como “Estado terrorista”. Este articulista suscribe al pié de la letra la declaración del país andino.
Israel es culpable.
Fuente: ELMUNICIPIO.ES
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