4 de diciembre de 2022

El Atlantismo y la izquierda

 

"El atlantismo ha sido brillante, dejó de combatir a la izquierda revolucionaria, la infiltró, la debilitó y la transformó en un monigote a su servicio. Ahora puede aplicar sus políticas clásicas de ajuste, despoblamiento y bélicas amparado en su defensa de los derechos de las minorías y del planeta..."


El atlantismo transformó a la izquierda en un monigote a su servicio

Kontrainfo - 4-12-2022


Por Marcelo Ramírez*


¿Existe la izquierda en el mundo hoy? Una pregunta que debemos hacernos en los tiempos que corren y atrevernos a aceptar el valor de los hechos reales, aun cuando desmientan o se contrapongan a nuestros conceptos preexistentes.


En primer lugar, debemos definir que es lo que entendemos como izquierda en líneas generales para tratar de unificar nuestras ideas sobre un lenguaje similar.


La definición debe escapar a los convencionalismos o a la historia, porque en realidad lo que nos interesa saber es que papel representan hoy las fuerzas que se autodefinen como de izquierda, y aun cómo las identifican aquellas fuerzas que no se identifican a sí mismas como de izquierda.


Si mencionamos que la izquierda representa el cambio en oposición a la derecha conservadora que mantiene el statu quo, en realidad quedamos atrapados en conceptos superficiales.


El cambio por sí mismo solo implica una variación, que puede ser positiva o negativa, dependiendo desde donde parte y que es lo que propone. Este es el primer problema con el que vamos a tropezar, todo cambio no es intrínsecamente bueno o malo, depende del contexto.


Esto derriba conceptos como la necesidad de “cambiarlo todo”, propio del feminismo en los últimos años. La “deconstrucción” no es más que la destrucción de todo lo preexistente para reemplazarlo por políticas novedosas, aunque no sean más que titulares sin mucha profundidad. La destrucción de un modelo social, sin una propuesta profunda que establezca un nuevo marco regulatorio con nuevos ejes en las relaciones dentro de la sociedad, es un salto al abismo.


Las propuestas que hoy esgrime la izquierda y el progresismo, a lo que vamos a considerar indistintamente debido a la coincidencia en los ejes temáticos, se basan en meros eslóganes.


La improvisación de las pautas de convivencia que desafían la evolución histórica no solo es francamente ridícula sino peligrosa. Podemos ver a título de ejemplo como ha sido la evolución del sistema jurídico occidental, que ha establecido el principio de inocencia, y ahora es desestimado con argumentaciones políticas de escaso fundamento.


No es posible basar una acusación en la palabra exclusiva de un denunciante dada su sexualidad u otras cuestiones particulares que lo colocan en una posición de presunta vulnerabilidad.


No hay datos que puedan corroborar que hoy en Occidente haya colectivos que sean vulnerados por su condición de género o sexo, más aún, podemos apreciar la evolución de una serie de prebendas por ser precisamente consideradas poblaciones vulnerables. El relato simplemente se impone a los datos verídicos, sin embargo, ni las fuerzas políticas ni la prensa se interesan demasiado en ello.


Pero inclusive aceptando esa presunta vulnerabilidad, no alcanzaría a considerar la ruptura con el principio de inocencia sin acarrear graves consecuencias para la credibilidad del sistema en general, tanto legislativo, como ejecutivo y judicial.


Las campañas del feminismo de “yo te creo, hermana” o del “me too”, no son más que expresiones que no deberían ser consideradas porque carecen de fuerza probatoria alguna, sin embargo, la presión política y mediática han corrido los ejes mencionados y obligan a sentencias condenatorias sin pruebas reales.


Las acusaciones son políticas y muchas veces las condenas también. El sinsentido crece hasta el punto que vemos en la Argentina que se busca establecer una norma jurídica que permita recusar a los jueces por cuestiones de género, señaladas como dictaminadas con falta de perspectiva de género.


Por supuesto que no queda claro quién o con base en qué se interpreta qué es la perspectiva de género y qué la viola o no, por supuesto los mismos colectivos minoritarios militantes establecen, en consecuencia, qué es violatorio y qué no. No es de extrañar entonces que esto termine siendo una espada de Damocles sobres las cabezas de los jueces que deberán, si quieren conservar su trabajo, aplicar una normativa que responde a una decisión política.


Siglos y siglos de evolución del Derecho que terminan por ser desechadas en función de la deconstrucción. Cambiamos el principio de inocencia por el “yo te creo, hermana”


¿Podemos afirmar que el cambio ha sido positivo? A todas luces es un retroceso enorme que solo traerá injusticias y aprovechamientos de todo tipo. 


La izquierda/progresismo apoya estas ideas, que son evidentemente de cambio, revolucionarias, y, sin embargo, no aportan nada positivo. Quien mantenga la posición de respetar el principio de inocencia, será señalado como conservador y eso lo descalifica.


Hay innumerables ejemplos de este tipo de contradicciones. Algunas niegan las razones más científicas apelando a piruetas en el lenguaje que permite afirmar que puede haber mujeres con pene.


Para ello apelan no a la biología o a la medicina, sino simplemente a conceptos abstractos y opinables que carecen del más mínimo rigor de constatación científica. La autopercepción tiene más validez que la biología que establece claramente la distinción por sexos, algo que puede ser acompañado por ejemplos absurdos como malformaciones o problemas genéticos que produzcan seres humanos con características especiales en su aparato reproductor. Estas anomalías luego se utilizarán para justificar la existencia  de múltiples sexos y de allí hacer una deriva que los confunde con géneros.


Este tipo de cuestiones simplemente son el eje de los problemas que plantea la izquierda/progresismo, sus fuerzas se enfocan a ello y olvidan algunas de las bases importantes. Hemos visto en los últimos años cómo dejan de lado las reclamaciones económicas que apenas cumplen un papel secundario y olvidan los cambios revolucionarios en la tenencia de los medios de reproducción de la economía.


La idea misma de Justicia Social es dejada de lado, y con ello el principal objetivo que sería un reparto más justo de la riqueza, para reemplazarla por la cuestión de género y en el Primer Mundo venido a menos, por la ecología.


Este uso lo hace de una manera tan brutal que los sectores menos lúcidos han festejado el cierre de plantas de fertilizantes y la vuelta a la producción artesanal, aun cuando eso significa la hambruna para cientos de millones. El último paso del gobierno neerlandés de cerrar 3.000 establecimientos altamente emisores de nitrógenos, básicamente producciones agrícolas, es una muestra de hasta donde pueden llegar. En medio de una crisis alimentaria que amenaza con abarcar a toda Europa, la mejor idea es cerrar producciones de alimentos por “cuestiones ambientales” incomprobables. No es la primera iniciativa, la producción y consumo de carnes rojas es un tema cada vez más perseguido y se ofrece como alternativa el consumo de insectos en las escuelas de esa nación, una de las más ricas del mundo.


Todas estas políticas caen en la órbita de la izquierda, que acalla las críticas acusando de fascista a cualquiera que intente deslizar alguna oposición, por más mínima que sea.


El cambio de la izquierda revolucionaria, de otrora que buscaba eliminar los privilegios de clase, es sustituido por la lucha contra los privilegios del hombre blanco, del macho opresor, de la opresión heterosexual, señalando como responsable de todos los males habidos y por haber a la influencia del hombre blanco, cis, hetero y católico. ¿Y si ese hombre es pobre y vive en la calle? No importa, mantiene sus privilegios de todos modos por encima de multimillonarios deconstruidos.


Es evidente que si analizamos sin prejuicios lo que es la izquierda hoy, si nos atrevemos a aceptar que hemos sido engañados por décadas con causas impopulares, la conclusión es que esa izquierda no solo no es antisistema, sino que es pro sistema.


Si tenemos alguna duda aún a que responden podemos observar sus fuentes de financiamiento, ONG y Fundaciones que tienen fondos de las naciones más capitalistas y de las corporaciones más poderosas. No vamos a extendernos en este tema por cuestiones de tiempo, pero lo más concentrado del capitalismo apoya casi sin fisuras la deconstrucción.


Curioso que financien su propia destrucción, aun aquellos que creen que son conquistas arrancadas por la lucha, deberían preguntarse por qué las luchas no consiguen resultados económicos cuando la desocupación crece y el nivel de vida se desploma en todos lados.


Si queda alguna duda podemos también ver el alineamiento geopolítico de las naciones. EE. UU., el Reino Unido, Alemania, Francia, Suecia y las principales economías occidentales apoyan radicalmente estas políticas. Lo que ha sucedido con la UE sancionando a Hungría y a la propia Polonia, por no imponer legislación de género a la usanza occidental, nos ahorra muchas explicaciones.


Quienes se oponen a esto son encabezados por Rusia, quien ha penalizado la propaganda LGBT, lo mismo sucede con Irán, China, Corea del Norte, los países africanos en su mayoría, los del sudeste asiático, solo por mencionar algunos casos.


Todos estos países son quienes se oponen a Occidente y lo enfrentan con las armas. 


Podríamos citar el papel de la industria cultural, musical, de entretenimiento, la universidad, y la lista es interminable. Cada uno de los resortes de poder del atlantismo se alinean con estas políticas que defiende la izquierda/progresismo.


No hay que ser demasiado informado para comprender que si algo está sucediendo es que estas ideologías poco tienen que ver con lo que declaman. Hábilmente, han identificado cuáles eran los ejes que se oponían al capitalismo globalista financiero y han puesto en marcha una política de cambio de contenidos manteniendo el mismo envase.


Los jóvenes que tienen una naturaleza cuestionadora, pero carecen de experiencia, fácilmente han sido captados por estas políticas, aunque ya empezamos a ver que la moda pasa y muchos cuestionan estos enfoques.


Los mayores, cansados de la lucha, confundidos por la propaganda o simplemente seducidos por el dinero, han aceptado el cambio. Siguen con la identificación como izquierda/progresismo, siguen cantándole al Che Guevara o diciéndose marxistas, pero no son más que una sombra de lo que fueron, una imagen invertida reflejada en un espejo. Por conveniencia, nostalgia, por no comprender lo que sucede, muchas son las razones que explican este cambio.


El atlantismo ha sido brillante, dejó de combatir a la izquierda revolucionaria, la infiltró, la debilitó y la transformó en un monigote a su servicio. Ahora puede aplicar sus políticas clásicas de ajuste, despoblamiento y bélicas amparado en su defensa de los derechos de las minorías y del planeta.


Si no ha implosionado Occidente, incluyendo la periferia americana, con la destrucción de la industria, la caída brutal de las condiciones de vida, pandemias altamente sospechosas, imposiciones de ideologías disolventes y antipopulares y finalmente, la guerra, es porque el activismo político ha sido cooptado por el mismo sistema que dice combatir.


Enfocado en la lucha contra un fascismo inexistente, el control es absoluto porque aquellos que escapan de estas ideas son canalizados hacia la crítica antisistema libertaria, que no es más que una fábula diseñada con el propósito de captar disconformes sin formación política. Estos últimos luchan a su vez contra un comunismo que, como hemos visto, no existe y no es más que una expresión del mismo sistema que pretenden defender.


Los libertarios se dividen en distintas disidencias controladas por el mismo poder que manipula a la izquierda y el progresismo. Desconocen que sus ideas económicas son incompatibles con una sociedad moderna compleja, donde sus propuestas no son más que utopías irrealizables que hábilmente son explotadas por el sector más concentrado.


El patético ejemplo dado por el bolsonarismo, enfrascado en una lucha contra el comunismo y contra China, cuando en realidad han sido estafados por los EE. UU., muestra hasta donde la voluntad anti valores globalizadores no alcanza si no se encuadra en un marco político adecuado.


Bolsonaristas manipulados por EE. UU. (e Israel), contra lulistas controlados por los mismos, muestra como el disenso no existe, así como la lucha contra el fascismo y el comunismo son irreales. Un falso enfrentamiento que distrae y divide, pudiendo inclusive llevar a un país a su propia destrucción vía revolución de color.


La instalación de conceptos emotivos como “odiadores”, el planteo ante las divergencias de la “cancelación” dan a un sector las herramientas para generar un enfrentamiento simplemente por no disponerse a debatir con sus adversarios. Como con el fascista odiador no se discute, simplemente nunca se enteran de lo que piensa el otro.


Desde la otra vereda, la enorme confusión entre el comunismo soviético desaparecido, la incomprensión de procesos regionales más nacionalistas que socialistas, la falta de entendimiento sobre como funciona el confusionismo que confunden con el marxismo, termina por cerrar el círculo.


Fuera de esta ecuación quedan aquellos que tratan de mostrarse ajenos a esta disputa, nacionalistas con una concepción del Estado protagonista, defensores de las costumbres tradicionales, han sido atacados desde ambos lados. En este sector es donde más se encuentran elementos antisistema, pero experimentan enormes dificultades porque han sido proscritos de todos los medios de comunicación o redes sociales.


Los debates entre izquierda y libertarios se dan a diario en los medios, sin embargo, a nacionalistas reales es casi imposible verlos, no son tenidos en cuenta y eso ya de por sí explica cuál es su relación con el poder real.


Un problema más se suma a este grupo y es cierta cuota de altivez y soberbia ante sus adversarios, debido generalmente por una mejor formación cultural y política, que esconde cierto aire de individualismo y vedetismo.


Las fuerzas de este sector deben entender que no alcanza con ser testimoniales, que deben no solo unirse, sino dar a conocer su pensamiento por todos los medios posibles, siendo además receptivos con aquellos de los otros dos grupos que están desorientados.


La construcción de una fuerza requiere alcanzar una masa crítica que necesita el empleo de una buena dosis de inteligencia y practicidad, junto a un modelo comprensivo y abarcador.  


Si bien  los sectores nacionalistas son los más antisistemas, luchan contra el Poder real y todas sus herramientas en condiciones desfavorables. Pero como nunca antes, tienen un contexto internacional muy favorable, donde el modelo multipolar se levanta contra la hegemonía anglosajona con enormes posibilidades de éxito. Es hora entonces de prepararse para el desafío conquistando mentes y corazones confundidos, pero que necesitan una guía.

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*Marcelo Ramírez es analista en Geopolítica y director de AsiaTV

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Fuente:   KONTRAINFO

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7 de octubre de 2022

Ucrania: La guerra de EEUU contra Europa.

 

Atentado al Nord Stream: 

Acto de guerra de EEUU contra Rusia, Alemania, Países Bajos y Francia 


Por Thierry Meyssan

POR KONTRAINFO · 5 DE OCTUBRE DE 2022


La lucha de Estados Unidos por mantener su hegemonía mundial ha pasado a su tercera etapa.


Debido a la extensión de la OTAN hacia el este, lo cual viola el compromiso contraído ‎por Occidente de abstenerse de desplegar armamento estadounidense en Europa Central, Rusia, obligada a garantizar la defensa de sus extensas fronteras, se ve directamente amenazada.


En violación de los compromisos contraídos al término de la Segunda Guerra Mundial, ‎Washington instaló en Kiev el actual régimen de los «nacionalistas integristas» (simplemente ‎‎«nazis» en la terminología del Kremlin). Los «nacionalistas integristas» prohibieron a sus ‎compatriotas rusoparlantes hablar su lengua materna –el ruso–, los privaron de servicios ‎públicos y finalmente bombardearon sin descanso a los del Donbass. Al cabo de 8 años de ‎matanza, Rusia ya no tuvo otra opción que iniciar una intervención militar para poner fin al ‎calvario de las poblaciones rusoparlantes.


La tercera fase de la intervención silenciosa de Estados Unidos es la imposición de un cambio en ‎el aprovisionamiento energético a todos los países de Europa Occidental y de Europa Central. ‎Precisamente el mismo día de la puesta en marcha del gasoducto del Báltico (Baltic Pipe), los ‎dos gasoductos Nord Stream fueron puestos fuera de servicio mediante sabotajes realizados ‎con explosivos… y también se interrumpió el mantenimiento técnico del Turkish Stream.‎


La voladura parcial de los gasoductos Nord Stream y Nord Stream 2 es el mayor acto de ‎sabotaje de toda la Historia. Y es un acto de guerra contra Rusia pero también contra Alemania ‎por ser estos los países copropietarios (51% Rusia y 30% Alemania) que más recursos invirtieron en ‎esas infraestructuras de colosal envergadura. Pero es también un acto de guerra contra los demás ‎socios, que son Países Bajos (9%) y Francia (9%). Sin embargo, los Estados occidentales ‎perjudicados que acabamos de mencionar guardan silencio. ‎


Para realizar los atentados contra los gasoductos Nord Stream y Nord Stream 2 fue ‎probablemente necesario el despliegue de submarinos en las zonas ya identificadas por las ‎potencias de la región. Oficialmente no hay indicios, en el sentido “policial” de la expresión, pero ‎las “cámaras de vigilancia” (en este caso los dispositivos de sonar) ya “hablaron”. Los Estados ‎interesados saben con certeza quién es el culpable. Si no reaccionan, serán borrados del mapa, ‎políticamente hablando. Pero también es posible que estén preparando en secreto algún tipo de ‎reacción, que los convertiría en verdaderos actores políticos… cuando se decidan a concretarla. ‎


Los franceses deben recordar la intentona de golpe de Estado militar que estremeció Francia ‎en 1961 y los subsiguientes intentos de asesinato contra el presidente Charles de Gaulle. ‎El propio De Gaulle fingió creer que los atentados contra su vida eran cosa de la OAS ‎‎(Organización del Ejército Secreto, siglas en francés), que se componía de franceses contrarios a ‎la independencia de Argelia. Pero el ministro francés de Exteriores de la época, Maurice Couve ‎de Murville, mencionó públicamente el papel del Opus Dei español y de la CIA estadounidense ‎en la organización y financiamiento de aquellos intentos de asesinar a De Gaulle. Este último ‎ordenó entonces que se abrieran investigaciones, identificó a los traidores, reorganizó la policía ‎y el ejército franceses y, 5 años después, sacó a Francia del mando integrado de la OTAN, dio a ‎esta última 2 semanas para cerrar su sede (que estaba precisamente en París) y trasladarla a ‎Bélgica y además dio a ese bloque bélico plazos un poco más largos –pero bien definidos– para ‎concretar el cierre de las 29 bases militares que tenía en suelo francés. Posteriormente, el ‎presidente De Gaulle realizó una serie de viajes al extranjero, durante los cuales denunció ‎repetidamente la hipocresía de Estados Unidos, principalmente la guerra de Vietnam. ‎


Francia se convertió así nuevamente en una potencia faro en materia de relaciones ‎internacionales. Aquellos hechos nunca fueron explicados claramente a la opinión pública, pero todos los responsables políticos de aquella época pueden confirmarlos [1].‎


Después de la disolución de la Unión Soviética, Estados Unidos elaboró una redistribución del ‎mundo que modifica radicalmente las relaciones internacionales, con derrocamientos de gobiernos ‎y el inicio de guerras, para imponer determinadas rutas al transporte de recursos energéticos. ‎Esa fue la principal actividad del vicepresidente estadounidense Al Gore durante 8 años, bajo ‎la administración Clinton. Y a eso mismo se dedica hoy Amos Hochstein, como consejero especial ‎del presidente Joe Biden. Basta recordar la guerra de Transnistria –un intento estadounidense de ‎apoderarse de un nodo de gasoductos [2]– y la posterior guerra de Kosovo, para ‎construir el «Octavo Corredor», una vía de comunicación a través de los Balcanes, y ya tenemos ‎sobre la mesa las demás piezas del rompecabezas. ‎


Resulta especialmente difícil discernir a fondo la gravedad de la catástrofe que acaba de caer ‎sobre la Unión Europea y que, muy probablemente, va a causar su derrumbe económico. Esa comprensión se hace todavía más difícil porque la Unión Europea ha tomado por sí misma varias ‎de las decisiones que van a llevarla a la quiebra. ‎


Hasta el 26 de septiembre de 2022, Rusia todavía era el principal proveedor de gas de la Unión ‎Europea. El gas ruso seguía llegando a la UE por el gasoducto Brotherhood –a través ‎de Ucrania–, por el Nord Stream o por el Turkish Stream. Estados Unidos, que ‎supuestamente garantiza la seguridad de la Unión Europea, acaba de cortar esas 3 vías de ‎aprovisionamiento. El lector puede estar pensando que el gasoducto Brotherhood todavía está ‎en funcionamiento… pero Kiev puede cerrarlo o inutilizarlo en cualquier momento mientras que ‎‎Nord Stream ha sido saboteado y Turkish Stream ya no puede recibir el mantenimiento ‎técnico que necesita porque lo impiden las sanciones que la Unión Europea ha adoptado… ‎a instancias de Estados Unidos. ‎


Hasta el 26 de septiembre, la economía de la Unión Europea se apoyaba fundamentalmente en la ‎producción de la industria alemana. Al cortar el gasoducto Nord Stream, Estados Unidos ha destruido la industria alemana. Según la célebre fórmula de Lord Ismay, quien fue el primer secretario ‎general de la OTAN, la «gran estrategia» de los anglosajones consiste en «Mantener a ‎los americanos dentro, a los rusos fuera y a los alemanes bajo tutela». ‎


Todas las administraciones estadounidenses han aplicado esa política ininterrumpidamente desde ‎los años 1950. Nueve países participaron en la construcción de Nord Stream y 4 son ‎propietarios de esa importante infraestructura. Nord Stream entró en funcionamiento en 2011. ‎A partir del mandato de Donald Trump, en 2017, el Congreso de Estados Unidos amenazó con ‎sanciones a las empresas que participaban en el funcionamiento de Nord Stream y a las que ‎se habían implicado en la construcción de Nord Stream 2. Siendo presidente, el propio Donald ‎Trump se mofó de la sumisión de Alemania, que se alimentaba del gas ruso. No sólo ‎Estados Unidos sino también Polonia pusieron innumerables trabas jurídicas al gas ruso en ‎Europa Occidental. En ese campo, la nueva administración estadounidense no cambió ‎absolutamente nada. Alemania creyó, erróneamente, que la administración Biden sería más tolerante. ‎


Claro, en julio de 2021, se llegó a un acuerdo según el cual Nord Stream 2 sería sustituido con ‎hidrógeno fabricado… en Ucrania y transportado, a partir de 2024 (el año de expiración del ‎contrato ruso-ucraniano), por el ya vetusto Brotherhood que sería convenientemente adaptado.‎


El canciller alemán Olaf Scholz, electo en diciembre de 2021, cometió dos graves errores en sólo ‎meses.


El 7 de diciembre Scholz estuvo en la Casa Blanca y allí trató de resistirse a la presión de ‎Estados Unidos, que lo instaba a renunciar al gas ruso. De regreso en Berlín, Scholz optó por ‎mantener Nord Stream en funcionamiento y bloquear la puesta en marcha de Nord Stream 2, ‎mientras buscaba fuentes de energías renovables. Scholz creía erróneamente que así lograría un ‎equilibrio entre el belicismo del pensamiento estratégico estadounidense, las necesidades de la ‎industria alemana y la doctrina de los Verdes, miembros de su coalición de gobierno. ‎


El canciller alemán ya se había llevado un buen susto en Washington. Durante su conferencia ‎de prensa con el presidente estadounidense, Joe Biden había declarado que Estados Unidos ‎podía destruir Nord Stream 2 y que lo haría si Rusia invadía Ucrania. Para Scholz fue ‎absolutamente aterrador que su amo estadounidense que le dijera sin miramientos que sería ‎capaz de destruir una infraestructura que había costado decenas de miles de millones si un tercer ‎país actuaba sin tener en cuenta las órdenes de Washington. No sabemos si durante las conversaciones a puertas ‎cerradas Biden mencionó ‎también la eventual destrucción del primer Nord Stream –no es imposible que lo haya hecho. En todo caso, los periodistas alemanes que ‎acompañaban a Scholz recuerdan que el canciller estaba lívido durante el viaje de regreso a Berlín.


Scholz cometió su segundo error el 16 de septiembre de 2022. Alemania no quiere seguir ‎sometida a la tutela de los anglosajones, prefiere garantizar por sí misma su seguridad y la del ‎conjunto de países miembros de la Unión Europea. Así que el canciller Scholz declaró que:‎


«Siendo nosotros la nación más poblada, dotada del mayor poderío económico y situada ‎en el centro del continente, nuestro ejército debe convertirse en el pilar de la defensa ‎convencional en Europa.»‎


Al precisar que hablaba sólo de «defensa convencional», el canciller Scholz crear que estaba ‎evitando herir la susceptibilidad de su vecina Francia, única potencia nuclear de la Unión Europea. ‎Pero no se daba cuenta de que estaba violando la doctrina de los discípulos de Leo Strauss –los ‎straussianos de Estados Unidos– imaginándose poder escapar al protectorado militar ‎estadounidense. ‎

En 1992, Paul Wolfowitz había firmado la Defense Policy Guidance, algunos de cuyos fragmentos ‎se conocieron a través del New York Times. Wolfowitz indicaba en ese documento que ‎Estados Unidos vería toda voluntad de emancipación de sus aliados europeos como un cassus ‎belli [3].‎


Seis días después de las declaraciones del canciller alemán Scholz, los Navy Seals volaban los dos ‎gasoductos del Mar Báltico, lo cual significa para Alemania 11 años de retroceso. ‎


Sólo horas después del sabotaje contra Nord Stream y Nord Stream 2, el presidente de ‎Polonia, el primer ministro de Dinamarca y el ministro de Energía de Noruega inauguraban con ‎bombo y platillo el gasoducto Baltic Pipe, que no tiene ni remotamente la misma capacidad ‎que los Nord Stream pero bastará para marcar el cambio de época. Antes, la industria alemana ‎alimentada con el gas ruso hacía el papel de líder de la Unión Europea. En adelante, ese papel ‎quedará en manos de Polonia, impulsada por gas noruego. El primer ministro polaco, Mateusz ‎Morawiecki, proclamó triunfalmente su odio en plena ceremonia al sentenciar: «Llega a su fin ‎la era de la dominación rusa en el sector del gas; una era que estuvo marcada por el chantaje, las ‎amenazas y la extorsión.»‎


El acto de guerra perpetrado contra Rusia, Alemania, Países Bajos y Francia nos obliga a ver los ‎hechos de Ucrania bajo una perspectiva diferente. Ese acto de guerra es mucho más importante ‎que todo lo anterior porque Estados Unidos acaba de atacar a sus “aliados”. En artículos ‎anteriores he explicado con detalles lo que los straussianos buscaban con sus provocaciones ‎en Ucrania. Lo que acaba de suceder nos muestra por qué Washington apoya el proyecto ‎straussiano, como política de Estado. Y también nos demuestra que su «gran estrategia» ‎no ha cambiado desde los años 1950. ‎


En 2017, un presidente estadounidense, Donald Trump, participaba en el ‎lanzamiento de la “Iniciativa de los Tres Mares”. Si Washington sale ganando tan a menudo ‎es porque ve más lejos que sus aliados.


En la práctica, la Unión Europea va a derrumbarse en el plano económico, con excepción de Polonia y ‎sus 11 aliados de Europa Central, miembros de la Iniciativa de los Tres Mares o Intermarium ‎‎ [4]. El viento cambia de rumbo. Ahora es Polonia la que tiene ‎el “viento en popa”. ‎


Los grandes perdedores serán Europa Occidental y Rusia. Pero también estará entre ‎los perdedores Ucrania, destruida sólo para dar lugar a esta hecatombe. ‎


Thierry Meyssan

[1] «Cuando el stay-behind quiso derrocar a De Gaulle», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 28 de agosto de 2009.


[2] «Au cœur de la “Guerre du gaz, la petite République de ‎Transnistrie», por Arthur Lepic, Réseau Voltaire, 3 de julio de 2007, y «En 1992, Estados Unidos trató de aplastar militarmente la Transnistria», por ‎Thierry Meyssan, Red Voltaire, 17 de abril de 2010.


[3] “US Strategy Plan Calls For Insuring No Rivals Develop”, Patrick E. Tyler, y “Excerpts from ‎Pentagon’s Plan: ‘Prevent the Re-Emergence of a New Rival’”, The New York Times, 8 de marzo ‎de 1992. Ver también, “Keeping the US First, Pentagon Would preclude a Rival Superpower”, ‎Barton Gellman, The Washington Post, 11 de marzo de 1992.


[4] «Cómo se está torpedeando la paz en Europa‎», por Thierry Meyssan, ‎‎Red Voltaire, 28 de junio de 2022.

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Fuente: Kontrainfo

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23 de agosto de 2022

DASHA


La asesina: Natalya Shaban (alias Vovk)


Ya no hay duda. La asesina: Natalya Shaban (alias Vovk), nacida en 1979, carnet de las Fuerzas Armadas ucranianas NG [Guardia Nacional] 057529, expedido en el año 2020.


Ya no hay dudas, sólo los periodistas más adictos y la chusma de los galeotes atlantistas pueden negar la evidencia: Darya Dúgina fue asesinada por un agente del SBU. La Ucrania de Zelenski es un Estado terrorista: no sólo por lo que hace en este momento con los civiles de Donetsk ni por lo que hizo con los alcaldes “prorrusos”, asesinados por sus escuadrones de la muerte, o con los centenares de desaparecidos de los últimos meses, sino porque sus servidores ejecutan actos de terrorismo en el sentido estricto de la palabra.


Natalya Shaban (alias Vovk), nacida en 1979, carnet de las Fuerzas Armadas ucranianas NG [Guardia Nacional] 057529, expedido en el año 2020, entró en la Federación Rusa el 23 de julio de 2022 y se instaló en un piso alquilado en el mismo bloque de apartamentos donde vivía Dasha Dúgina. Natalya Shaban estuvo en el festival Traditsiya, al que fueron invitados los Dugin, y se fue del mismo antes de que acabara en dirección al óblast de Pskov, desde el que entró en Estonia, país miembro de la OTAN y de la Unión llamada “Europea”, además de refugio de terroristas, siempre que las víctimas sean rusas. Natalya Pávlovna se libró por cuestión de horas del arresto; las que necesitó el FSB para identificar a la vecina fugada del edificio de apartamentos donde residía Darya Dúgina y cotejar el rostro de la sospechosa con sus datos de militares ucranianos, de los que posee una gran abundancia, tanto por la acción de sus hackers como por lo que ha podido aprehender en Mariúpol y Lisichansk. Pese a haber esquivado con éxito y sangre fría al FSB, presumimos que la vida futura de Natalya Pávlovna va a ser muy difícil y su vejez improbable.


La forma en que fue asesinada Dasha demuestra que, al igual que había un comando Madrid de ETA en los años ochenta, existe un comando Moscú del SBU en Rusia. El agente ejecutor sólo vino a poner la carga asesina; el trabajo de campo ya lo habían realizado otros. Un atentado tan cobarde, con el mismo método que usaban los etarras, no se realiza sin la previsión de una estructura que fije los objetivos, los siga, evite los riesgos y le prepare el material al ejecutor. El FSB ya había abortado varios intentos de los sicarios de la OTAN, pero alguno debía de salir bien por simple probabilidad y porque nada es más fácil para un ucraniano que mimetizarse entre la población rusa. Es lógico pensar que la estructura terrorista del régimen de Zelenski en Moscú sea estable, pero puede que no esté compuesta sólo de ucranianos.


Al poco de cometerse el asesinato, surgió en la televisión de Zelenski un viejo conocido de la peor política rusa, Ilyá Ponomariov, hombre de paja del oligarca Jodorkovski (el antiguo dueño de la petrolera Yukos) y socio del inmortal Navalnii, el superhombre capaz de resistir un lingotazo del muy mortífero tósigo Novichok. Ponomariov es conocido por varias causas: en primer lugar, por haber concedido la Duma a la Fiscalía rusa el suplicatorio para su procesamiento en el caso Skolkovo por desvío y apropiación indebida de fondos. En segundo, tiene el triste mérito de ser el único diputado de la Duma que votó contra la reincorporación de Crimea a Rusia en 2014. Semejante personaje no podía acabar sino en Kíev, similis simili gaudet. En 2012 ya participó en las protestas financiadas por Soros. En 2014 escapa a Estados Unidos y trabaja para el think tank CSIS de la red de la Open Society, que le va a financiar con paternal solicitud. De América marchará a la Ucrania del Maidán, donde su filantrópico patrón tiene intereses no pequeños en la industria energética.


Es este héroe del liberalismo global el que apareció en las televisiones de todo el mundo regodeándose con las circunstancias del atentado y anunciando que el asesinato de Darya Dúgina era obra de “rusos buenos”, miembros de una organización fantasma llamada Rospartisán, los partisanos rusos. Posiblemente el nombre más adecuado habría sido Rosquisling. Incluso se tomó el trabajo de editar un manifiesto y de aparecer bajo una bandera horrible, fría, blanca con una franja azul, como una mortaja o una sábana de hospital. Ponomariov es un hombre de Soros con evidentes contactos con el gobierno ucraniano y su ectoplásmica formación es simple propaganda, un show televisivo a cargo del SBU y la CIA, lo cual no excluye que cuente con unas decenas de sicarios en territorio ruso. No será precisamente por falta de fondos por lo que no encuentre colaboradores.


Es interesante señalar que la figura de Aleksandr Dugin ha sido magnificada de forma grotesca por los espejos deformantes de la prensa occidental en los últimos tiempos. Contra lo que es opinión común, Dugin carece de poder político y de acceso a los círculos de gobierno. Es ridículo suponer que alguien con la fría y fuerte personalidad del presidente ruso se va a dejar influir por cualquier rasputín, pero de los medios de “información” occidentales se puede esperar todo. El caso es que la prensa europea y americana ha convertido al padre de la geopolítica contemporánea en una suerte de Deus ex machina del Kremlin, lo cual es sencillamente risible para quien conozca un poco la situación. La única influencia que ejerce Dugin es de tipo intelectual, debido sobre todo a un manual académico, sus Fundamentos de la geopolítica. La vida de Dugin es la de un profesor célebre, pero en poco se diferencia de la de un ruso que tenga un buen pasar: ni Aurus blindado, ni escoltas, ni escaño en la Duma, ni sillón en el consejo de alguna gran empresa. Precisamente, el día anterior al asesinato, la televisión ucraniana Groshi TV dedicó un programa a Dugin incidiendo en todas las fabulaciones de la prensa atlantista. Después de Putin, Dugin es el ruso más demonizado por Occidente, sin que eso tenga nada que ver con su situación real en el panorama político e incluso cultural de Rusia. Pero esa estatura mítica que le han proporcionado sus enemigos le convierte en un blanco extremadamente fácil para una sonada operación terrorista. Matar a Dugin dará la impresión al mundo de que Ucrania ha destruido al “cerebro” de Putin, a su eminencia gris, a su estratega de cámara. Sobre todo, después del bochornoso ridículo que hizo la propaganda de Zelenski con la Ofensiva de Agosto.


También, a medida que conocemos más datos, está claro que el objetivo central era Aleksandr Dugin, pero el medio por el cual se le iba a atacar era la indefensa y desprotegida Dasha. Cuando el agente —simple instrumento bípedo de Zelenski, de Arestóvich y de Biden— colocó la bomba lapa, el blanco eran los Dugin. Sólo un giro del destino desvió el golpe, aunque mejor, sin duda, habría sido para el padre no haber sobrevivido a la hija. Aun así, todavía hay que escuchar que Dasha fue sacrificada por culpa de las ideas paternas. Y, con eso, muchos sicofantes atlantistas justificarán el asesinato; como hipócritas y aviesas beatas de negra toquilla y más negra alma (si es que la tienen), desviarán la responsabilidad de este crimen a quien ninguna tuvo. Como si la muy inteligente y culta Dasha, experta en política francesa y brillante oradora, fuera incapaz de formarse una opinión propia, tan descerebrada y tan sumisa ante la autoridad como un periodista europeo.


La familia Dugin ya había sido sancionada por ese conventículo de agiotistas que se autodenomina “comunidad internacional”. Y bien orgullosa que Dasha se mostró por ello: fue como una condecoración que reconocía su lucha contra el globalismo. Pero estas medidas habían puesto en el punto de mira a una familia que carecía de fondos en el extranjero (la finalidad de las sanciones es “expropiar” los bienes rusos en el exterior): Occidente señala y Ucrania dispara. ¿No nos acordamos ya de lo que hacían ETA y el PNV? ¿Tan corta es nuestra memoria?


Ucrania seguirá atentando contra civiles en Rusia, porque no puede con los ejércitos y milicias del Donbass; derrotado en Jersón, en Mariúpol, en Severodonetsk, en Lisichansk, en Popasna, en Peski, al régimen atlantista de Zelenski sólo le restan este tipo de “victorias”: matar a una intelectual indefensa, bombardear los barrios residenciales de Donetsk, cañonear la central nuclear de Zaporozhya. No es algo nuevo, los mafiosos que gobiernan Ucrania son una reencarnación de la China nacionalista de 1945-1950 y del Vietnam del Sur de 1975. Algún día, esperemos que pronto, el tinglado se vendrá abajo. Entonces, cuando todo acabe, de esta guerra nos quedará el recuerdo de la vulgar jeta de un payaso infame y de su cruel, corrupto y senil souteneur; pero también la memoria clara, limpia y bella de Darya Dúgina, la Juana de Arco de los pueblos libres, muerta joven, como los héroes, favoritos de los dioses.

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Fuente: El Manifiesto



16 de mayo de 2022

La izquierda, convertida en caniche de la Plutocracia.

La izquierda es hoy la vanguardia ideológica del capitalismo global

Por Juan Manuel de Prada

POR KONTRAINFO · 15 DE MAYO DE 2022




Ha causado gran revuelo la filtración interesada de un documento donde se anuncia que una mayoría de los magistrados del Tribunal Supremo de Estados Unidos estaría dispuesta a revocar la sentencia Roe vs. Wade. Si esta revocación se produjese (pero la filtración se ha realizado, precisamente, para que tal cosa no ocurra), el aborto no sería prohibido en Estados Unidos, sino que cada estado tendría capacidad para limitarlo o ampliarlo dentro de su territorio. Se trataría, pues, de un aspaviento característico de la relativista justicia ‘liberal’, que no se funda en juicios objetivos sobre la naturaleza del aborto ni en la defensa del bien común, sino que confía a la mayoría la determinación del bien y del mal, al más puro estilo ponciopilatesco.


Así y todo, la filtración ha desatado una campaña rabiosa contra los jueces dispuestos a favorecer el aspaviento, desatada por toda la izquierda caniche mundial. Es natural que así sea, pues la izquierda es hoy la vanguardia ideológica del capitalismo global, que para poder imponer los designios de sus élites necesita realizar lo que Lippmann denominaba eufemísticamente un «reajuste necesario en el género de vida» de las masas. Y, dentro de ese «reajuste en el género de vida», el crimen del aborto ocupa un lugar medular; podríamos decir, incluso, que se trata de la piedra angular del sistema, que, por tratarse de un crimen nefando, requiere ser envuelta con rebozos doctrinales campanudos (emancipación, libertad individual, autonomía de la voluntad, etcétera) que hagan sentirse ‘empoderadas’ a quienes, con sus vientres yermos, son instrumentos del capitalismo global, que necesita, para mantener su sistema de producción, el deterioro de las condiciones laborales. Al capitalismo global no le convienen los vínculos indestructibles que genera un hijo; pues sabe -ya lo explicó David Ricardo en su ley de bronce de los salarios- que si los trabajadores tienen hijos se vuelven más pugnaces en la exigencia de subidas salariales. Las sociedades fecundas luchan con ardor por el porvenir de sus hijos; las sociedades estériles se raspan el útero, mientras miran las pantallitas de Apple o Netflix.


El capitalismo, como nos enseña Hayek, tiene hecho su ‘cálculo de vidas’; y a asegurar el ‘cálculo de vidas’ que necesita el turbocapitalismo global, se dedica la izquierda sistémica hoy, convertida en caniche de la plutocracia. Nada más natural, pues, que haya movilizado a todas sus fuerzas de choque, después de filtrarse la noticia de la tímida palinodia del Tribunal Supremo estadounidense. Por supuesto, en este artículo hemos explicado tan sólo las causas ‘naturales’ de su reacción rabiosa; la causa sobrenatural no podemos explicarla a fondo porque nos han recortado mucho la extensión. Pero ya se sabe que la nueva alianza de Dios con el hombre, que se sella en la Cruz, se inicia en el vientre de una mujer; y el vientre de la mujer se convierte así en el epicentro de una guerra sin cuartel (Gn 3, 15).


Fuente: La izquierda es hoy la vanguardia ideológica del capitalismo global

https://noticiasholisticas.com.ar/la-izquierda-es-hoy-la-vanguardia-ideologica-del-capitalismo-global-por-juan-manuel-de-prada/


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7 de mayo de 2022

¿Por qué los británicos deschavaron a Foradori?

 



"Una vez obtenidos los beneficios del acuerdo no es más necesario para el Reino Unido continuar con un acuerdo con la Argentina. Los beneficios serán permanentes y ya no hay vuelta atrás, ni aún denunciando y concluyendo los acuerdos. El daño para la Argentina será permanente, aunque no en lo inmediato..."

[...]

"Algo habrá que analizar y cambiar, el daño que se ha producido es muy grande y permanente,  los puertos británicos fueron construidos, y no se tomaron las medidas correspondientes para defender nuestra Soberanía ni nuestros recursos."


Ver: 

https://www.tiempofueguino.com/por-que-los-britanicos-entregaron-al-ex-vicecanciller-carlos-foradori/ 

4 de mayo de 2022

¿Qué esconde Azovstal?

Acería de Azovstal: 

¿refugio de altos oficiales de la OTAN?

Por Marcelo Ramírez*

POR KONTRAINFO · 1 MAYO, 2022




Uno de los temas más complejos y desafiantes resulta sin dudas es poder complementar el análisis político, el económico financiero y el militar en uno, finalmente la geopolítica hoy es básicamente la combinación de estos factores sobre una base cultural que permita mejorar la interpretación de los hechos.


El enfrentamiento en Ucrania es el choque de dos modelos con siglos de tensiones que alternaron acciones relativamente distendidas con otras de enfrentamientos militares, Rusia y el mundo anglosajón vienen en una soterrada disputa que ahora comienza a tener un nuevo pico de tensiones pero que dada la capacidad tecnológica militar actual puede ser la definitiva.


Este preludio es necesario para comprender cómo desde Occidente y desde Rusia se ha tomado esta situación como parte de una batalla final donde sólo sobrevivirá uno de los dos adversarios. Si triunfa la OTAN, Rusia se partirá en numerosos pequeños Estados que solo tendrán como función proveer los recursos necesarios para los triunfadores, en el mejor de los casos, junto con la consolidación de un modelo financiero capitalista mutante por algo aún por definirse, que tomará ribetes realmente peligrosos y malthusianos.


Si por el contrario Rusia es quien finalmente se impone, el mundo anglosajón que lidera este Occidente decadente se diluirá permitiendo la emergencia de un mundo con distintos actores y la primacía de una organización social a base de Estados que fijen las reglas al mercado y no lo contrario.


La gigantesca campaña de propaganda de Occidente, la desproporcionada reacción a base de sanciones que están haciendo tambalear la propia economía y el coqueteo permanente con una escalada nuclear del conflicto no es más que el reflejo de lo que está en juego. Las versiones de personajes muy importantes comprando búnkeres en Nueva Zelandia bien demuestran la seriedad de lo que estamos viviendo. 


Rusia, según las versiones que circulan en sus círculos internos, ha decidido dar el paso de la invasión a Ucrania bajo el eufemismo de “operación especial militar” como una respuesta anticipatoria a una invasión de las fuerzas ucranianas al Donbass que lo ocuparían en apenas 3 días de combate y luego una agresión hacia Crimea. En esa oportunidad la OTAN dispondría de media docena de brigadas para penetrar en Ucrania con la excusa de garantizar la paz, y según las versiones, una de ellas dotada de armas nucleares.


Esta situación pondría a Moscú ante el hecho consumado de una Ucrania incorporada a la OTAN, con armas nucleares apuntando al corazón de su país y en espera de una oportunidad para desatar un ataque nuclear sobre Rusia que hiciera caer las defensas y las posibilidades de contraataque ruso, al menos en la teoría.


Esta es la razón que se esgrime bajo la superficie en el Kremlin para decidir dar el paso militar 24 horas antes de que Ucrania actuara.


Las fuerzas occidentales sorprendidas por la iniciativa de Rusia debieron adaptarse a la reacción de este país luego del desconcierto inicial. Moscú no dudó en actuar y avanzó por distintos frentes, los más importantes fueron el Donbass para resguardar a la población local de las represalias de los extremistas ucranianos, por el Sur para resguardar Crimea de sorpresas desagradables y de esa manera cerrar el acceso al mar de la mayor parte de Ucrania. Paralelamente, un rápido avance por el Norte alcanzó las afueras de Kiev en pocos días.


En este punto comienzan las dudas sobre la actuación rusa, es posible que Putin supusiera que existía la oportunidad de que Zelensky cayera o que decidiera desembarazarse de sus laderos neonazis, algo que finalmente no sucedió.


En esos días corrieron muchas versiones sobre una purga en el FSB como consecuencia de una mala evaluación, pero esto nunca ha sido corroborado seriamente, y abre a la posibilidad de que en realidad nunca estuvo en los planes de Moscú conquistar Kiev, al menos inicialmente.


Desde el punto de vista militar la cantidad de tropas empleadas, unas 150 mil, son insuficientes para tomar un país como Ucrania con 45 millones de habitantes y los 40 mil destinados a la capital Kiev también son escasos.


No solamente esto es llamativo, la acción rusa de avanzar sin coberturas esperadas, la utilización de los medios mecanizados más antiguos y la exhibición de una columna de entre 40 y 60 km de largo bien pudieron ser elementos distractivos para que la OTAN considerara como blanco a la capital y ordenara que se mantengan posiciones para rechazar la invasión.


En esos días existía cierto asombro porque las tropas rusas no avanzaban más que en algunos suburbios y que la columna mentada se detenía. La prensa occidental junto a medios en redes especializados en temas militares, dieron inmediatamente la versión que mejor se acomodaba a los hechos, el ejército ruso era arcaico y su preparación tan baja que se había quedado sin combustibles para seguir avanzando, agregando que las raciones para la tropa tenían una década de vencidas y que los vehículos quedaban abandonados porque usaban neumáticos chinos de baja calidad, por lo que además debía utilizar transportes civiles.


Nadie se preguntaba cómo esto podía ser mientras la fuerza aeroespacial rusa había dejado fuera de combate a la fuerza aérea ucraniana, a la marina, había destruido los aeródromos militares, las bases de aprovisionamiento y otras instalaciones claves para el desempeño militar, en apenas unas pocas horas. 


Rusia, mientras Occidente inundaba medios y redes con imágenes de vehículos de este país destruidos, muchas de ellas groseras falsificaciones, dejaba al ejército ucraniano, preparado durante 8 años para esta empresa por la OTAN, reducido a una mera organización de guerrillas sin capacidades operativas que le permitan contraatacar al ejército ruso.


Repentinamente Rusia se retiró del Norte, lo hizo ordenadamente y sin pérdidas considerables para reubicar esas tropas sobre las fuerzas ucranianas destinadas a la invasión del Donbass, estimadas entre 40 y 70 mil hombres de lo más granado de sus tropas. 


Otras victorias de Ucrania repitieron a coro los medios occidentales que mientras tanto avisaban que Rusia transitaba sin escalas al siglo XIX, gracias a las sanciones sin precedentes que habían tomado.


Hagamos un breve alto en esto, las sanciones han revelado un fracaso absoluto, Rusia luego de la caída inicial ha recuperado el valor del rublo y ha impuesto gradualmente sus condiciones ya que hoy según el Jefe de Gabinete de Viktor Orban, Gergely Gulyas, 10 países de la UE están pagando en rublos, pero prefieren ocultarlo.


La caída del PÎB de EEUU de un 1,4% en el primer trimestre del año parece un augurio de lo que se está gestando, con una inflación que asciende rápidamente en Occidente y empresas que pierden miles de millones de dólares por su salida precipitada de Rusia, algo que es aprovechado por este país para nacionalizar algunos sectores y por empresarios indios, chinos o turcos que agradecen que se les regale un mercado de 150 millones de personas. 


Las preocupaciones por cómo va a funcionar la industria europea sin energía y materias primas rusas es solo uno de los puntos, EEUU que es afectado en menor medida, está sacrificando sus propios mercados, porque la UE es su principal socio y extiende la crisis hacia Japón, quien también se ha embarcado en una especial agresividad contra Rusia, tal vez preparándose para ser el ariete contra China.


La situación financiera muestra un rublo que se fortalece y un dólar que cede posiciones en las carteras de los bancos centrales ante el yuan chino. Rusia y China estrechan relaciones y ponen en marcha proyectos previos para prescindir de la arquitectura financiera occidental como en el caso del Swift. India se ha sumado a la iniciativa de eliminar al dólar del comercio bilateral y países tan lejanos como Indonesia o Brasil se mantienen expectantes.


Las presiones sobre estos países cada vez más explícitas, y aún sobre la propia China es una más que errónea evaluación de la realidad de Beijing, comienzan a dejar en claro que las sanciones se han transformado en un boomerang y ese no es el camino para derrotar a Rusia.


Lejos han quedado los cantos de sirena de la prensa occidental que auguraban una caída estrepitosa de Rusia.


Volviendo al eje militar, Rusia ha comenzado otra estrategia, nueva según las versiones occidentales que insisten en que Ucrania va ganando la contienda, o en realidad parte de una planificación inicial para aquellos de desconfían de las verdaderas intenciones rusas que confunden objetivos cual ilusionista que distrae la atención del público con una mano mientras que con la otra hace el verdadero truco.


Rusia comienza a dejar entrever que puede ocupar todas las costas de Mar Azov y del Mar Negro y alcanzar a Transnistria, amenazada por la OTAN tras varios sabotajes y ataques ucranianos con la intención de sumar más actores al conflicto.


Solo queda por mencionar Mariupol y esto es algo que merece prestar un poco de atención. ¿Por qué razón Rusia no termina con el sector refugiado en Azovstal, una siderurgia que contiene en su subsuelo decenas de km de túneles preparados para un ataque nuclear?


En las actuales circunstancias podría destruir el lugar sin perder fuerzas propias, no es necesario entrar a rescatar civiles y nunca se sabría a ciencia cierta quiénes estaban dentro. 


Moscú sabe que hay unos 400 extranjeros allí combatiendo, en un principio se pensó en que eran mercenarios, pero hay ahora una idea de que en realidad lo que hay son oficiales de la OTAN allí enterrados.


El portavoz de la Milicia Popular de la República Popular de Donetsk (RPD), Eduard Basurin ha señalado que hay un general recientemente retirado del ejército canadiense, que iba a ser el Jefe del Estado Mayor, pero que renunció por una denuncia de agresión sexual. Trevor Cadieu es el nombre de quien fue señalado como uno de los oficiales implicados en la batalla ucraniana y es el militar de más alto rango de la OTAN en Ucrania del cual se tengan noticias.


¿Cuál sería el impacto si decenas de oficiales superiores de la OTAN fueran capturados por las fuerzas rusas? El impacto diplomático, militar y mediático probablemente son las razones más contundentes por la cual no se rinden los ucranianos rodeados en la acería y también por qué Rusia busca agotarlos y capturarlos vivos. Tener este tipo de personal en su poder tiene un importante valor en la guerra de propaganda, el único campo en que la OTAN tiene supremacía absoluta.


Llegado este punto, las cosas no están bien para el mundo anglosajón, su victoria es en el campo de la propaganda, en la realidad material de los principales ejes mencionados, se presenta otra posibilidad. 


El futuro se muestra incierto, Rusia controla la situación militar, su economía se mantiene ordenada y la guerra ya ha consumido miles de millones en Occidente sin resultados, han entregado tantos sistemas Javelin, por ejemplo, que han utilizado las reservas de material existentes en los propios EEUU. Varios países europeos han manifestado que no pueden seguir mandando armamento sin comenzar a comprometer sus propias defensas.


Para empeorar el cuadro, muchos ucranianos se preguntan si no fueron engañados con las promesas de la OTAN de ayuda, cuando no ha hecho más que mandar algunos oficiales en forma encubierta y enviado muchas armas obsoletas provenientes del antiguo bloque soviético con la excusa de que los ucranianos no están capacitados para operar las armas occidentales. 


¿Cuánto tiempo más podrá la propaganda contener a sus propias sociedades? Francia fue una señal amarilla, con absolutamente todas las expresiones de poder a su favor, Macrón cedió terreno contra Le Pen.  No falta mucho para que las sociedades comiencen a experimentar en propia carne lo que significa carecer de energía, una cosa es anunciar un posible racionamiento y otra es efectuarlo realmente.


La necesidad de mantener la producción, resguardar el empleo y las divisas comprometen la capacidad de reabastecer las reservas de gas y petróleo, que ya de por sí apenas alcanzan para algunos pocos meses.


¿Qué pasará si la situación no mejora para el próximo invierno? Qatar, EEUU, Azerbaiyán y Dinamarca son insuficientes para las necesidades europeas.


Mientras Rusia juega sus cartas en silencio, Occidente parece actuar en un escenario, los funcionarios europeos no dudan en amenazar a Rusia y públicamente expresar sus planes. En esos momentos dicen a quienes los quieran escuchar que han decidido seguir adquiriendo gas ruso para que a partir de finales de año puedan ir discontinuando las compras hasta prescindir del gas ruso sin que eso afecte a los precios del mercado, que si sube perjudica a sus economías y beneficia a Rusia, mientras que los EEUU hacen trascender que el dinero congelado a Rusia será utilizado para reconstruir Ucrania, tal vez en manos polacas que ambicionan la zona oeste del país.


La respuesta rusa es obvia, el Presidente de la Duma Vyacheslav Volodin es de la más elemental lógica, si los países occidentales tienen estos planes serían aconsejables medidas como hacer lo propio con los bienes de los países hostiles (ya de por sí hay empresarios rusos que compran bienes extranjeros a precio de saldo) y cortar el flujo de gas ahora y no esperar que la UE encuentre la forma de alivianar sus costos perjudicando a Rusia.


En este contexto la propaganda Occidental comienza a quedarse sin municiones, ya no puede seguir hablando de miles de bajas rusas pues superaría los propios efectivos existentes, la situación económica es inocultable y la fuga hacia adelante sería una guerra nuclear con este país, la que no tiene forma de ganar.


En este marco apelan a las campañas más burdas como en apenas un par de días pasar de sugerir que Putin podría estar enfermo a que su enfermedad es doble, una neurodegenerativa, Parkinson, y otra letal, cáncer.


Las fuentes, cuando no, son tabloides británicos, quienes reproducen estas noticias en base a diagnósticos hechos por centros de inteligencia en función de una imagen donde Putin sentado toma el borde de la mesa mientras escucha a su ministro de Defensa Shoigú y la otra imagen en cuestión es un gesto durante una misa que hace con la boca.


La fantasiosa imaginación periodística obediente a los designios del MI6 seguramente han hecho innecesarios todos los mecanismos de diagnóstico de una enfermedad con que cuenta la medicina moderna. No hacen falta ecografías, resonancias magnéticas, análisis de sangre buscando marcadores ni siquiera una biopsia, un par de imágenes son suficientes para saber lo grave de las enfermedades que acosan a Putin y aún ya tienen el nombre de quien lo va a suceder temporariamente mientras es sometido a una cirugía explicando que burlan los caminos constitucionales.


Claro, no olvidemos que el cáncer de Putin y el Parkinson le producen alucinaciones, lo que obviamente explica por qué desafía a Occidente, y esto lo hacen mientras el presidente de EEUU, es un tal Joseph Biden que saluda imaginariamente en los actos públicos a personas inexistentes.


¿Puede estar Putin enfermo? Por supuesto que puede, pero ese no es el punto. Lo importante es que no se puede hacer el diagnóstico de esa manera, sin embargo, lo hacen y nadie en la prensa Occidental se pregunta en base a qué razones presentan esto como real. 


Uno podría caer en la tentación de preguntarse por qué harían algo tan burdo que en unos días caería por su propio peso. Bien la respuesta es simple, impunidad, el manejo mediático impune les permite decir absolutamente cualquier cosa y luego seguir como si nada.


Hemos visto como denunciaron en Mariupol un bombardeo a un hospital maternal por parte de Rusia que jamás ocurrió y que fue extinguiéndose cuando una de las protagonistas de la escena contó la verdad a los medios rusos, lo mismo sucedió con el bombardeo a una estación de trenes en Kramatorsk que cayó en el olvido cuando se publicó en Rusia las fotos del misil Tochka U ucraniano y su número de serie. Nada pasó, nadie cuestionó nada, nadie hizo autocrítica, nadie hizo desmentidas o aclaró los hechos,


¿Por qué sería distinto con la presunta enfermedad de Putin?


Como decíamos, la OTAN solo gana la batalla en un campo, el mediático informativo analítico, pero en la realidad las noticias no son alentadoras y todo hace presumir que en el futuro serán aún peor para Occidente, la gran pregunta a  responder es qué hará este hato de políticos acomodaticios e inmorales que hoy establecen las políticas de las naciones occidentales cuando la verdad sea ya inocultable y la propaganda no alcance a cubrirla.


No tienen salida, admitir su error y terminar sus días en una prisión difícilmente esté en sus cálculos, la otra posible alternativa es acelerar el camino hacia la guerra total.


Ya tienen compradas sus parcelas en Nueva Zelandia, llegado el caso.

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*Marcelo Ramírez es analista en Geopolítica. Director de AsiaTV.

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Fuente: KONTRAINFO

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14 de abril de 2022

Bucha, Tochka U y la izquierda progresista

 

Mientras la "izquierda" europea acusa a Rusia de violación de los DDHH

gente de "derecha" escribe así:


"...La propaganda ucraniana de los últimos años rebosa de odio hacia todo lo ruso, que es lo que son desde el siglo XVIII los habitantes de la antigua Nueva Rusia. No creo que haga falta recordar el discurso del presidente Petro Poroshenko, en el que les decía a los rebeldes del Donbás que mientras los niños de Ucrania van a la escuela, los de los rusos irán a los refugios. La limpieza étnica que se produciría en caso de victoria ucraniana afectaría a dos millones de personas, dato que los defensores occidentales de determinados derechos humanos parecen obviar..."



 

Punto U

Sertorio 14 de abril de 2022


El pasado 8 de abril, un misil estalló en la estación de tren de Kramatorsk (Ucrania), provocando en un principio 27 muertos; el 10 de abril la cifra alcanzaba los 50. El misil era un Tochka U (“Punto U”) . De inmediato, toda la prensa occidental acusó a los rusos del hecho. Moscú contestó que en ese día su ejército no había abierto fuego sobre Kramatorsk y que los misiles tácticos Tochka U no los utiliza su artillería, que emplea los más modernos Iskander; el misil Tochka U es un arma de los arsenales bielorruso y ucraniano; el régimen de Zelenskii disponía en este mes de febrero de 20 sistemas de este tipo con dos lanzaderas cada uno.


El alcance de este misil es de 120 kilómetros, por lo tanto es imposible que fuera lanzado por los bielorrusos. La supremacía aérea y artillera de Rusia, además, ha destruido el 90% de estos sistemas desplegados por el gobierno de Kíev. La carga de racimo del misil de Kramatorsk tiene los mismos componentes que la del Tochka U con el que los ucranianos bombardearon a los civiles de Donetsk, masacrados el día 14 de marzo (17 muertos y 36 heridos). Como cualquier otro producto industrial, las armas tienen su número de serie y se controla quién es su usuario: la serie es la SH915 y el misil de Kramatorsk es el ejemplar: 9M79-SH91579. Esta serie se ha usado por Ucrania desde 2015 en los bombardeos de Alchevsk (SH91565) y Logvinovo (SH91566, SH915527 y SH915328), por ejemplo. En la actual campaña del Donbás (Donbass) han vuelto a ser disparados sobre Berdyansk (SH915611) y Melitópol (SH915516). Los cálculos sobre la trayectoria del misil demuestran que salió de la localidad de Dobropolye, a 45 kilómetros de Kramatorsk y bajo control de las fuerzas ucranianas. 


La prensa occidental, por supuesto, sacó las fotos más efectistas y se olvidó de la verdad, tan incómoda. La prueba decisiva para los cráneos privilegiados del periodismo fue la inscripción en ruso que se leía en el fuselaje del misil: Za dietey (“para los niños”). La historia perfecta para mandar a Madrid, a Berlín, a Nueva York. Olvidan que el ruso es la lengua habitual del 84% de la población de Ucrania, donde sólo habla el ucraniano una minoría. Ni siquiera el presidente se expresa bien en el idioma oficial: allí cualquiera puede escribir en ruso un texto tan sencillo. La frase de Randolph Hearst que sirvió para desencadenar la guerra del 98 —“You furnish the pictures and I furnish the war”— continúa siendo el método del discurso atlantista. Y funciona, sin duda.


Hemos visto muchas fotos y ninguna verdad. Cuando Putin calificó a Occidente como el imperio de las mentiras, no profirió ningún insulto: se limitó a describir.


Algún ingenuo preguntará por qué los ucranianos iban a disparar sobre su propia gente. La pregunta está mal concebida. El ejército de Zelenskii defiende sus fronteras, pero no su país. En el Donbás, los partidos llamados prorrusos alcanzaban el 90 % de los votos en el óblast de Lugansk y del 85% en el de Donetsk. En Mariúpol, por ejemplo, en 2014, los prorrusos representaban el 81% de los votos. Kramatorsk fue uno de los centros de acción más destacados de los llamados separatistas hasta su ocupación por el ejército de Kíev, igual que Mariúpol y Járkov. La propaganda ucraniana de los últimos años rebosa de odio hacia todo lo ruso, que es lo que son desde el siglo XVIII los habitantes de la antigua Nueva Rusia. No creo que haga falta recordar el discurso del presidente Petro Poroshenko, en el que les decía a los rebeldes del Donbás que mientras los niños de Ucrania van a la escuela, los de los rusos irán a los refugios. La limpieza étnica que se produciría en caso de victoria ucraniana afectaría a dos millones de personas, dato que los defensores occidentales de determinados derechos humanos parecen obviar. Es decir, los ucranianos disparan muy gustosos sobre los civiles rusos porque su gobierno les incita a hacerlo. Andrei Mélnik, embajador de Ucrania en Berlín, fue muy claro: “Todos los rusos son nuestros enemigos”. Si la propaganda de Putin usara los mensajes de la ucraniana, las redes arderían con justificadas condenas por incitación al odio, pero ya sabemos que los guardianes de la corrección política consideran muy recomendable y merecido el genocidio de la población rusa. Por eso, al gobierno de Zelenski no le importa nada disparar sobre una gente que no es “suya” y que, en caso de vencer Ucrania, será expulsada de su tierra sin contemplaciones y sin condenas de los que ostentan el monopolio del humanitarismo.


¿Podemos, pues, decir que la prensa occidental no es cómplice de la masacre de Kramatorsk? Al publicar semejantes relatos, animan al gobierno ucraniano a repetir la experiencia a un nivel aún mayor. Cuando los ucranianos bombardearon a civiles en Donetsk, La Stampa tituló los hechos como “La carnicería” (La carneficina), pero los situó en Kíev. Otros medios, más discretos, apuntaban a un cruce de acusaciones. Nadie a lo que era obvio. Zelenski tiene licencia para matar. Haga lo que haga, la prensa “libre” cerrará los ojos.


Las matanzas de Bucha


¿Y qué decir de Bucha? Los rusos piden una investigación en la ONU y los británicos la bloquean dos veces. El caso es que los rusos se marcharon de Bucha el 30 de marzo y el día 31 apareció Anatolii Fyodoruk, su alcalde, todo sonriente mientras anunciaba que la ciudad estaba libre de tropas enemigas. Esto en una ciudad que debía de estar sembrada de cadáveres en las calles, como se vio en los vídeos de la propaganda ucraniana. Entre el 1 y el 2 de abril, el fotógrafo Konstantín Liberov se paseó por Bucha haciendo su trabajo y no sacó ni una sola foto de matanzas en masa. Bucha no es Ciudad de México ni Pekín, sino una pequeña villa de 28.000 habitantes.


El 2 de abril hay imágenes de la policía ucraniana entrando en la ciudad y sólo se encuentra el cadáver de un soldado ruso. Es tras cuatro días cuando estalla el escándalo. Pero hay algo raro; un detalle en el que la prensa europea no cae: muchas de las víctimas llevan un brazalete blanco que identifica a las tropas rusas y a los civiles partidarios de Rusia o no hostiles hacia ella. Entre los cadáveres también se encuentran paquetes de ayuda humanitaria rusa, de la que los soldados moscovitas repartieron 479 toneladas, cumpliendo con las órdenes del ministerio de Defensa números 208/2/167, 210/2/172, 212/2/173 y 207/2/175 de 25 de febrero de 2022, que les instan a comportarse siguiendo los preceptos de la Convención de Ginebra y a dar trato humanitario a los civiles y prisioneros, así como a respetar los símbolos religiosos y culturales de Ucrania. Sin embargo, el gobierno Kíev, tras el repliegue ordenado de las fuerzas de Putin, llamó a limpiar el país de elementos prorrusos en las zonas “liberadas”. ¿Fue una carnicería de unas tropas veteranas pero indisciplinadas, o “limpió” alguien de colaboracionistas Bucha y de paso sacó una buena tajada propagandística?


Recordemos que Ucrania está llena de rusos y Rusia de ucranianos; el brutal odio fratricida entre estos dos pueblos era impensable hace veinte años. Zelenski es un histrión que sabe manejar las emociones de un público primario, víctima de la corrupción salvaje de su casta política y de la pésima gestión de sus administradores (ya veremos qué pasa con los millones que se envían a Kíev: lo mismo que sucedió con los que se mandaron a Saigón en los años sesenta). Fuera de Ucrania, su retablo de las maravillas sólo se sostiene porque nadie se atreve a ver con sus propios ojos. Hasta se permite boicotear y chantajear a empresas españolas ante el servil aplauso de toda “nuestra” clase política, que ha hecho del saltimbanqui de Kíev su héroe. En España, más de un siglo después del Maine y de las campañas de Hearst, ejercemos de patéticos mirones de la pornografía del horror anglosajona, mientras servimos como aliado de medio pelo a unas potencias que arman a Marruecos y mantienen una colonia en nuestro territorio. ¿Cómo nos va a respetar ni siquiera un Zelenski?


Fuente: elmanifiesto