Para el geopolítico y geógrafo inglés Halford John Mackinder (1861-1947), existe un gran continente, Europa, Asia y Africa, al que llama «la Isla Mundo» dividida en 6 regiones:
- Europa Costera (Oeste y Centro Europa),
- Asia Costera (India, China, Sudeste Asiático, Corea y Este de Siberia),
- Arabia (Península Arábica),
- el Sáhara (Norte de África)
- el Sud-Centro del Mundo (Sudáfrica), y
- el más importante: el Centro del Mundo o «Heartland» (Eurasia) lo que denominó el Pivote del Mundo en su ensayo de 1904.
Pivot Area (El Pivote del Mundo) |
«Quién controle Europa del Este dominará el Pivote del Mundo, quien controle el Pivote del Mundo dominará la Isla Mundo, quien domine la Isla Mundo dominará el mundo», sintetizaría en 1919.
(Mackinder, Ideales democráticos y realidad)
Se entiende así la preocupación permanente de Inglaterra de impedir, desde hace siglos, que se unieran o formaran alianzas entre países como Alemania y Rusia, o el Imperio Austro-húngaro antes de la Primera Guerra Mundial, que podrían poner fin a su hegemonía mundial basada en el poder marítimo.
Inglaterra es socia de quien heredó su papel de primera potencia mundial, EE.UU., y en este país, Zbigniew Brzezinski, ex Consejero Nacional de Seguridad del presidente Jimmy Carter, es el principal arquitecto de su actual política. En su clásico El Gran Tablero y los imperativos geoestratégicos (1997), afirma que EE UU necesita controlar la masa continental de Eurasia y rechazar a potenciales rivales para mantenerse como única superpotencia del mundo.
El enemigo de EE.UU. que aparece ahora en el horizonte es China.
Según Mike Whitney, autor de Obama y la política de la ilusión, Estados Unidos se propone extender sus bases militares por toda Asia Central, apoderarse de recursos vitales y corredores de gasoductos, y cercar China a fin de controlar su futuro crecimiento. La pelea en Ucrania indica que ya ha sonado la campana de inicio y la operación ha comenzado. (1)
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La supervivencia de Putin y la de la Federación Rusa dependen en gran medida de su capacidad de comprender rápidamente la nueva realidad y de adaptarse consecuentemente. Si decide ignorar las señales de advertencia puede enfrentar el mismo fin que Saddam o Khadafi. Por lo tanto la primera prioridad es simplemente enfrentar el hecho de que la guerra ha comenzado. (1)
(1) Ver: El fin de un orden y el comienzo de una guerra - Walter Goobar, en Tiempo Argentino. 29-4-2014